TALENTO MULTIFACÉTICO

La fresca mañana de un viernes fue el momento perfecto para que acompañada de un té de manzanilla, Lia Palarea compartiera con LOOK Magazine la historia de vida que la acompaña y hace ser una guatemalteca emprendedora para la cual no existen límites.

Conocer a Lia es percibir a una mujer que además de ser amante de la moda, se caracteriza por ser independiente, perseverante y energética. A sus 28 años ha experimentado varias facetas profesionales y personales que la han llevado a donde está hoy, con empresas establecidas gracias a su creativo y emprendedor espíritu. Palarea es diseñadora de auténticas joyas, cuenta con un salón de belleza y creó Ambrosia, marca saludable de yogurt griego que cada vez se posiciona mejor en el mercado. Todos los proyectos con los que cuenta tienen una interesante historia detrás, en donde las piezas se han movido estratégicamente y en un proceso que la ha hecho madurar. “Uno debe hacer lo que le gusta y para lo que es bueno”, mencionó Lia.

Al graduarse del colegio estudió dos años Administración de Empresas en la Universidad Marroquín de Guatemala, “aunque mi clase favorita era economía, no podía sumar ni dos más dos porque tengo un lado artístico muy marcado”, dijo Palarea entre risas. Abandonó esa carrera pero siempre tuvo un especial gusto por la cocina influenciado por su padre, por lo que ingresó al IFES y se graduó con diploma de oro de chef profesional.

“Desde que tengo memoria mi papá y yo cocinábamos juntos, era su consentida. Al graduarme, me iba a mudar a New York a seguir preparándome profesionalmente como chef pero mi padre acababa de fallecer, por lo que abrí mi propio negocio de catering en Guatemala”, contó la fashionista. Agregó que fue un momento en su vida en donde estuvo deprimida pero hacía algo que le apasionaba y recordaba a su héroe, cocinaba.

Un día inesperadamente su madre le regaló una moneda antigua de Guatemala, tenía plasmada una Monja Blanca y era de 50 centavos. “Siempre me ha gustado ser creativa y Don Mario, el joyero de la familia hizo realidad mi idea de adaptar un pañuelo de mi abuela pintado a mano con la moneda, como un accesorio auténtico y original”, señaló Lia. Esa fue su primera creación como diseñadora de joyas, fue un éxito.

Sus amigas iniciaron a hacerle pedidos y sin esperarlo, ese negocio creció. Desde los peculiares pañuelos con monedas, hasta aretes, anillos con piedras y pulseras, contaba con una variedad inmensa de creaciones. Sin estudiar diseño de joyas y creativamente inspirada, realizó su primera colección llamada “Arte, Amor y Paz” por ser el significado de la Monja Blanca, flor nacional de Guatemala.

Desde siempre buscó plasmar joyas que reflejaran la cultura guatemalteca y al mismo tiempo fueran chic. Al principio los números no cuadraban pero con esfuerzo y luego de un sorpresivo viaje a La Antigua Guatemala donde visitó la Joyería del Ángel, el rumbo de ese negocio cambió. Logró que en dicha joyería vendieran sus creaciones de forma exclusiva, le compraron toda su colección y constantemente producía para ellos. “Cuando les vendí mi primera colección salí tranquila de la joyería pero en la siguiente cuadra paré el carro y empecé a gritar de emoción. Mi mamá, quien siempre me ha apoyado, ayudado y acompañado, iba conmigo y me aconsejó a seguir adelante con el proyecto”, mencionó Palarea.

Fue así como inició su exitoso camino por el mundo de las joyas y dejó su negocio de catering por varias razones. “En la Joyería del Ángel me promocionaron como la única mujer guatemalteca en su empresa, lo cual fue un gran logro. Considero que el no haber estudiado diseño me hizo darme cuenta que no existe el límite en mi mente “, dijo Lia.

En 2010, un amigo cercano que conoció en la joyería y con quien tenía la principal comunicación para la venta de sus piezas, falleció. A partir de entonces la situación cambio y Lia Palarea continuó vendiendo de forma independiente sus joyas. “Pensé en poner un negocio para vender mis creaciones. Soy maquillista también y luego de una lluvia de ideas decidí formar junto a Patricia Jaramillo, un salón de belleza llamado Dry que funciona de manera exitosa hasta la actualidad y donde expongo mis joyas”, contó la emprendedora.

Lia es una persona que además de encantarle el ejercicio e implementar hábitos saludables en su vida, siempre busca ocupar su tiempo en algo productivo y aprender. “Llegó un momento en mi rutina en el que extrañé la cocina y quería volver a ella por lo que después de un viaje a El Salvador en octubre de 2013 en medio de mi rutina, aprendí a hacer yogurt griego”, comentó Palarea.

Su tía le enseñó la casera y original receta y ella a base de prueba y error, personalizó la fórmula y creó Ambrosia, un yogurt griego artesanal en diferentes sabores endulzado naturalmente. Implementó un pequeño espacio en su hogar en donde actualmente realiza todo el proceso de producción para luego distribuirlo en distintos puntos de la ciudad. “Mi mamá siempre ha dicho que el que mucho abarca poco aprieta y por lo mismo, ahora mis joyas aunque siguen existiendo, pasaron a segundo plano y me dedico de lleno a mi salón de belleza y a Ambrosia”, mencionó la joven.

Lia Palarea no sabe que le depara el futuro, pues es una persona para la que no existe el límite o un “no” como respuesta y sus emociones guían sus acciones. “Soy multifacética y me encanta conocer gente y explorar. Se me ocurre hacer mil locuras y me gusta trabajar para hacerlas realidad. Estoy en una importante y emocionante etapa de mi vida y entre mi locura logro organizarme y busco siempre ser feliz”, finalizó la emprendedora.

Fotografía: Manny Rionda
Asistente de fotografía: Joao Leiva
Maquillaje: Mónica Niederheitmann de Castañeda – Smashbox Cosmetics
Peinado: DRY- Beauty Lounge
Styling: Edgar Navarro
Locación: El Pulte
Vestido: Guishem Couture
Joyería: Lia Palarea Sinibaldi

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