Emilio Méndez: Visionario y agente de cambio
Rompiendo Esquemas
Emilio Méndez es una persona sumamente curiosa, con intereses múltiples, que ama viajar, ama el concepto de cambio y trasformación, que es autodidacta, apasionado por todo aquello que le llama la atención y amante de la vida. Es una persona visionaria que se ha atrevido a experimentar y a soñar para llevar a la marca Saúl E. Méndez a lo que es hoy en día.
Saúl E. Méndez empezó a inicios de los años 50 como una venta de casimires. “Fue un emprendimiento de mi papá de empezar su propio negocio y poniéndole su nombre, que es un gran compromiso. Hoy seguimos siendo una empresa familiar y somos cuatro hermanos involucrados en la empresa en Guatemala y Costa Rica. Nuestros papás con su ejemplo nos inculcaron el sentido de responsabilidad y trabajo”.
Cuando tenía 19 años, Emilio se mudó Londres a estudiar Sastrería y Diseño en el London College of Fashion. “Yo me enamoré de Guatemala mientras estudiaba en Inglaterra. Gran parte de lo que me ayudó a enamorarme de ella fue el extrañarla y esto me hizo buscar más sobre ella. Estando fuera descubrí quién era yo como persona y como guatemalteco. También, el haberme ido y vivir en Londres me abrió mucho los ojos y la mente,me mostró nuevos referentes de cómo poder hacer las cosas distintas acá. Regresé a Guatemala en 1988 y poco a poco me fui ganando credibilidad, primero con mi familia y luego con un público más amplio. Mi familia me dio un espacio para experimentar y eso me fue permitiendo soltar más la creatividad”.
Saúl E. Méndez es hoy en día sinónimo de un estilo de vida. Esto es el efecto de la visualización y creatividad que Emilio, junto a sus hermanos, ha ido desarrollando.“De una manera muy intuitiva entendí que es muy importante construir marcas, no solo productos y que la marca se construye a través de una filosofía y a partir de experiencias que puedan reflejar esa filosofía. Fue ahí donde entendí que los eventos eran una gran oportunidad para mostrar mis ideas”.
“Quejarme me parece patético y aceptar cosas que no me gustan, pero que podría cambiar, sería una lástima.”
Emilio no cree en conformarse, sino en hacer que las cosas sucedan. Además, está convencido que Guatemala es un país tremendamente fértil para nuevas oportunidades. “En Inglaterra me enamoré de la música electrónica, pero en Guatemala no habían espacios para escuchar este tipo de música, así que empecé a hacer fiestas. Éstas le dieron a la marca más notoriedad y me sirvieron para poder ponerme en el mapa. Aproveché esa convocatoria que había empezado a generar, para trasladar a esa gente que asistía a las fiestas hacia las pasarelas y estas se convirtieron en otro tipo de eventos en donde había degustaciones de otras formas de vida, de pensar, de música y de experiencias”.
Las pasarelas de Saúl se empezaron a volver cada vez más interesantes y se han ido convirtiendo en verdaderos movimientos con conceptos únicos, con una intensión y un propósito particular. Sin duda alguna, Urbana, Guate Me Late, Istmo Paraíso, Ciudad Vintage, Campo de Luz y Visionarios de Guatemala, entre otras, forman parte de la memoria colectiva de una generación. “Siempre, desde el principio, busqué que fueran en lugares inesperados, atrevidos, provocadores, incluso hasta crear cierta confrontación. Nunca hice un desfile en un lugar tradicional”.
Más allá de la moda, Saúl E. Méndez ha logrado, gradualmente, un cambio en la forma de pensar y de convivir de los guatemaltecos. “Vi un cambio evidente en el comportamiento de las personas cuando abrimos el Café Saúl de Plaza Obelisco, pues no existía nada parecido y automáticamente la gente lo agarró y le fascinó. Antes los jóvenes no iban a cafés y ahora es parte de su cotidianeidad. Este café construyó las bases para el área de gastronomía de Saúl”.
Al ser una persona tan creativa, inquieta y visionaria, Emilio no se conforma con los logros alcanzados hasta la fecha y tiene muchos planes a futuro. “Sueño con seguir creando y hacerlo más allá de la moda y la gastronomía. Me interesa el tema del desarrollo inmobiliario, del turismo. También sueño que Guatemala se proyecte como un país brillante, con gente brillante, que rompe esquemas”.
Redacción: Maria Lorena Contreras
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