Tita Maegli
Relajada y con una sonrisa cálida se sentó a platicar con nosotros. La sexta de siete hermanos, Tita nos cuenta que su vida familiar ha influenciado enormemente su trabajo, especialmente su relación con su hermana menor Misha. “Mi hermana tiene Síndrome de Down y esto me marcó desde muy pequeña en el sentido que mi debilidad por la educación se fue desarrollando al ver como ella aprendía y como la estimulaban”.
Desde pequeña tuvo una inclinación por las artes escénicas. El canto y el ballet eran algunas de las pasiones que compartían con Misha. Fue durante el tiempo que recibieron clases de ballet que Tita fue reforzando su noción sobre la importancia que tiene el arte para el desarrollo de la niñez.
“El arte nos ayuda a aprender a conocernos y a tener seguridad en nosotros mismos”.
Aunque Tita era aficionada de las artes, ella nos cuenta que de pequeña solía sentir inseguridad al presentarse ante un público, pero que con los años y la experiencia ella ha perdido ese miedo, no solo al cantar, sino que también al tomar decisiones y a la hora de actuar.
Llegó el momento de tomar una decisión sobre sus estudios, y tomando en cuenta las empresas de su familia, su decisión fue estudiar Administración de Empresas en la Universidad Francisco Marroquín y una Maestría en Desarrollo Organizacional en la Universidad de Pepperdine, California. Dos carreras que ella admite no van muy de la mano del arte, pero que le proveyeron las herramientas necesarias para que pudiese fundar exitosamente el Colegio Marta Novella para niños músicos.
La idea del colegio surge poco después de que Tita comienza sus clases de canto con Luis Felipe Girón. “Me di cuenta que a medida que experimentaba, me aplicaba y me esforzaba más, me iba enriqueciendo y fortaleciendo. Encontraba energías para hacer más cosas en mi vida. Al ver lo que el canto hizo por mí, me quise dedicar a ayudar a las personas a mejorar a través del arte, particularmente a través de la música—para darles fuerzas y motivarlos a ser la mejor versión de ellos mismos”.
Es con esta visión que nace el Colegio Marta Novella, el cual provee becas para algunos de sus estudiantes y fomenta la excelencia académica por medio del arte.
Mantener el colegio no ha sido fácil, nos cuenta que hay muchas personas hoy en día que piensan que un colegio para niños músicos no es necesario, que lo que necesitamos son escuelas técnicas. Sobrepasar esta concepción ha sido un reto, pero está convencida que el arte enriquece y tiene la capacidad de complementar otros aspectos de la vida. Afortunadamente hay personas que comparten esta convicción y han contribuido enormemente al proyecto.
“El papel que ha tenido la UNIS ha sido fundamental, ya que ha sido junto a ellos que hemos logrado desarrollar e implementar un modelo educativo diferente y exitoso”.
El 2015 ha sido para Tita un año de cumplir sueños. El año pasado se comenzó la planeación y los ensayos para presentar en Guatemala la ópera Arca de Noe de Benjamín Britten, un proyecto muy ambicioso, ya que la ópera es uno de los espectáculos más complejos y exigentes en el ámbito musical porque requiere de coreografía, infusiones instrumentales, vocales y aspecto teatral. Con una gran sonrisa, Tita nos cuenta que la presentación fue un éxito, “mis niños formaron parte del elenco de la ópera y estoy orgullosísima de ellos por el esfuerzo que pusieron y por lo que han logrado. Mis niños son artistas y todo artista necesita un escenario para presentarse e irse superando, me llena de alegría ver que ellos se presentaron sin miedo y con mucha pasión”.
No soy profesional de la música, soy aficionada al canto”.
Como guatemalteca, este año ha sido un año inspirador, “el ver a Guate levantarse de esta manera, de un letargo de conformismo, me ha dado ganas y me ha inspirado a levantarme y hacer cosas”. Tita está más que orgullosa del despertar y la unión que hay hoy entre los guatemaltecos y de vivir en un año en el cual un artista guatemalteco está en la segunda vuelta de la contienda electoral.
Tita quisiera ver una Guatemala con mayor apreciación al arte y por esto se ha propuesto abrir más sedes del colegio, para que más personas sean parte de este mundo y vivan esa experiencia transformadora que el arte puede dar.
Cuéntanos un poco sobre tu niñez.
Recuerdo que el ballet era muy importante en mi vida, y mi relación con mis primas que también hacían ballet. Además, desde que cumplí 10 años y nació Misha, ella era el centro de nuestra familia.
¿Alguna vez imaginaste llegar a dónde estás hoy en día?
Nunca pensé que iba a cantar ópera ni que iba a empezar un colegio! A pesar de que mis dos papás son muy aficionados a la ópera, yo no conocía bien este género musical, y por lo tanto no lo entendía.
¿Qué le aconsejas a la próxima generación de mujeres guatemaltecas?
Que se pregunten siempre cuál es el plan de Dios para ellas, y que luego se dejen guiar por Dios para realizar ese plan.
Redacción: Cecilia Amador
Fotografía: Emmanuel García
Vestuario: Guishem
Joyería: Alessa Designs
Maquillaje: Paulina Montenegro Salon
Peinado: Eddy Uker
Locación: Museo de Arte Moderno “Carlos Mérida”
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