La política del descanso menstrual es justa, ¿pero realmente funciona?
La firma Coexist, ubicada en Bristol, Inglaterra, implementó una nueva política que permitirá a las mujeres ausentarse durante su periodo menstrual sin catalogarlo como enfermedad.
Bex Baxter, la directora de la firma, explicó a The Guardian que esta movida es un intento por sincronizar el trabajo con el ciclo natural de las mujeres. “Por años he visto a mi personal retorcerse del dolor causado por su menstruación. A pesar de ello, sienten que no pueden irse a casa porque no están enfermas. Eso es injusto”, agregó.
Baxter también comentó, “Alguien me dijo que si los hombres tuvieran que pasar por periodos menstruales, esta política existiría desde hace mucho tiempo”.
No es novedad
Ya en Japón existía la legislación desde la Segunda Guerra Mundial, aunque estaba inscrita como un descanso psicológico. A pesar que el Síndrome Premenstrual es considerado una alteración emocional, las causas se producen a nivel hormonal.
En Taiwan existe la opción de faltar tres veces al año, con este motivo. Mientras que en Indonesia, las mujeres cuentan con dos días al mes para ausentarse. A estos tres países les siguen Rusia y Corea del Sur, todos con la intención de hacer más justa la participación femenina en el área laboral.
¿Funcionaría?
Como politóloga y economista, Karen Cansinos piensa que el primer paso es evaluar las consecuencias: “Cualquier política pública, ley o disposición se debe juzgar por sus consecuencias y no por las intensiones”. Cansinos dice que aunque la iniciativa es positiva para las mujeres, si se llegase a implementar a niveles nacionales podría representar un atraso en la lucha de igualdad. “La consecuencia sería más distancia entre el empleado hombre y la empleada mujer”.
La lucha por justicia, tanto para hombres como para mujeres, es necesaria para llegar a la equidad. Podrá ser este un indicio de que hombres y mujeres no pueden ser lo mismo, o una iniciativa que acepte los ciclos naturales y los intente incorporar al sistema.
Fotografía: Death to Stock