Man To Watch: Jonathan Saborío
Jonathan Saborío es decidido, y es porque sabe a dónde quiere llegar. Un empresario que no titubea o parpadea frente al miedo; alguien que ha tomado la carretera al éxito con un ritmo impecable.
Por eso me sorprendió cuando me dijo que no piensa mucho en el futuro. Él se dedica a vivir el presente, disfrutar de sus dos hijos y esposa, y seguir caminando.
La trayectoria
Seguramente haz escuchado campañas como “A la Tortix”, o “Tan chapín que te contagia”; esas y muchos otros anuncios llevan el nombre de Jonathan. Las creó cuando aún trabajaba para la empresa Frito Lay, una rama de Pepsico Intl.
El marketing le funcionó como hincapié para lo que vendría más adelante. “Cuando tenía 24 años ya estaba en el apasionante mundo de las cocinas”.
El hombre en la cocina
Pronto se despidió de eso para conquistar otros rumbos. Se casó con su compañera de trabajo y comenzó a soñar en otros proyectos. “Justo estábamos remodelando el apartamento donde viviríamos y fue allí cuando se me ocurrió vender cocinas”.
Determinado a perseguir aquel nuevo sueño, investigó la fuerza contra la que se enfrentaría. “Me di cuenta que el mercado tenía lo mismo en todos lados”. Pero hubo algo que le llamó la atención; “habían dos o tres compañías que traían cocinas italianas que cobraban más que los demás por tener algunos detalles distintos. Así que decidí tomar esa vía”.
“La cocina es una de las áreas más importantes del hogar”.
Scavolini
El proyecto comenzó como una revolución. Jonathan soñaba con nuevos materiales y un concepto diferente. “Encontramos Scavolini, las cocinas más reconocidas en Europa. Las que más invierte en innovación y desarrollo de productos”.
La marca ha trabajado con la elegancia de Giugiaro (diseñador de automóviles), una furia moderna de Diesel (marca de ropa), y conceptos transformadores como los de Michael Young, Karim Rashid, Nendo y Ora-ïto (diseñadores industriales), entre otros. Todo por la búsqueda de nuevos estilos.
A medida que el tiempo avanza, también lo hace el negocio. Para este año, Scavolini comenzó a traer baños y livings, con la vista puesta en expandirse a otras áreas del hogar.
“Scavolini innova y el mercado tiende a seguirlo”.
Un hombre que se ensucia las manos
Cuando comenzó, todo le advertían de un supuesto fracaso anunciado. “Me decían que nadie pagaría por ese producto, que era muy distinto a lo que la gente compraba; toda esa incertidumbre asusta, y tuve que luchar contra ello”, dijo. Pero con perseverancia y un producto ganador logró ganarse la confianza y corazón de muchos hogares.
Y un aspecto ganador ha sido que se mantuvo en contacto con todas las áreas de su empresa. “Me gusta ir a todas las instalaciones en curso. Es muy raro que no vaya a alguna; siempre se aprenden cosas nuevas y conoces qué se puede mejorar. Cuando no estoy diseñando con mi equipo, estoy instalando con ellos”.
El estudiante
Entre libros de moda y diseño, este creador industrial se cultiva con nuevas tendencias. Pero la innovación no es lo único que lo mueve.
“Me gustaría luchar por la libertad. Es frustrante ver a tantos países que tienen a su gente presa…en su mismo país. Quisiera ver a la gente vivir libremente, haciendo lo que les guste, sin que los gobiernos interfieran en su libre actuar”.
Tal vez es que Jonathan anhela que todos tengan el mismo sentimiento que él experimenta; una experiencia de aventura con la posibilidad de lanzarse al vacío y esperar que el éxito lo atrape.
Por Daniela Quintero
Fotografía por Pepe Valenzuela