La mujer detrás de “O Spa”
La vida de Erika Crespo, el rostro detrás de O Spa, es como una maratón. El inicio fue incierto, el tramo se veía muy difícil y la meta ni se asomaba en el horizonte; pero a medida que comenzó a correr fue tomando forma, y los aires de victoria se golpeaban contra la atleta que se atrevió a dar el primer paso.
El recorrido
Erika comenzó el tramo a los 13 años cuando trabajó como secretaria durante las vacaciones. Al terminar el descanso, sus jefes le pidieron que se quedara medio tiempo, por lo que ajustó su horario de manera que pudiera asistir a estudiar durante la mañana y trabajar por las tardes a cambio de Q. 175.
Su madre, quien educó a cinco hijos sola, le mostró la vida desde una perspectiva de amor, esfuerzo y trabajo. Que luchando por lo que uno quiere y soñando en grande logras lo que deseas; “Mi madre me enseñó todo lo que soy ahora”, comentó con un tono nostálgico al recordar el pasado.
Más adelante en su carrera, se graduó como ingeniera en sistemas y comenzó a trabajar en una empresa de computación. Entró sin saber mayor cosa sobre el Office Information Systems, el cual le pidieron que manejara. “Tuve que aprender el manual completo”, compartió. Pero aprender es una palabra ligera para lo que Erika hizo. Luego de dominar el tema, formó una escuela en donde capacitaba a colegios, bancos y demás empresas para trabajar con el sistema.
Bancafé fue uno de ellos, y muy pronto le pidieron que trabajara para ellos. Sin experiencia en el área, se aventuró en el departamento de Banca Corporativa . “Hice un poco de todo; desde estar en caja, hacer cobros hasta trabajar en el departamento de banca”. En ese entonces era la asistente de la gerente, pero cuando su jefa se retiró del puesto y sus superiores querían colocar a alguien más en ese lugar pensó que aquel era el momento de actuar. Les dijo, “…denme el puesto por tres meses de prueba, y si no doy resultados, me echan”, aseveró.
Erika duplicó la cartera de clientes. Con aquella experiencia, le ofrecieron trabajos en otros bancos. Llegó a ser directora de la junta directiva en el Banco Agromercantil y luego fue representante del Banco Agrícola de El Salvador para abrir brecha en Guatemala.
Fue entonces cuando la contactó UCB Group.“ Parte de mis sueños era trabajar con una empresa extranjera y lo logré con ellos”. Poco después ingresó al área de bienes raíces pues el grupo quería comenzar un proyecto inmobiliario. Con su influencia logró que se desarrollara en Guatemala un complejo de apartamentos lujosos con el sello de Green Building igual que al que tiene el Banco en Miami, Apolo Bank del cual sus accionistas son parte importante de él.
Posteriormente abrieron camino en el departamento de salud con centros de diagnósticos en Perú y Chile, donde se hizo parte accionista minoritaria y trabajó en estos proyectos 3 años en Perú. Siguiendo esa línea de salud, plantearon la idea de montar un centro en el país, pero una mejor idea surgió en el camino.
The O Spa
“Siempre me llamó la atención el tema de salud combinada con lo estético. Algo no invasivo, no quirúrgico ni doloroso sino que un procedimiento que fuera integral”, mencionó. Allí surgió The O Spa, un proyecto que funciona en ciclos como la que forma su inicial. “Todos buscamos bajar de peso, mejorar la piel, revertir el envejecimiento y aquí lo hacemos con tecnología de punta y métodos modernos sin comprometer los procedimientos naturales”, explicó Erika.
La maquinaria proviene de Europa, Estados Unidos, así como el crio sauna que funciona para tratar lesiones causadas por el deporte, reactiva el metabolismo, ayuda a problemas hormonales y trata enfermedades como la artritis. Esta maravillosa, casi mágica, máquina vino desde Rusia.
Todo cliente pasa por una asesoría gratuita médica y con especialistas para indicar los los tratamientos que se adecuan a la persona. Dependiendo del diagnostico, así se compondrán las sesiones.
El futuro del spa está en Latinoamérica. Mientras tanto, Erika se siente orgullosa de este concepto pionero en el país.
En su tiempo libre
Además de romper sus propias barreras en el mundo laboral, Erika disfruta del deporte, una actividad que también le da la adrenalina necesaria. Pasó de no correr nada a transitar media maratón de Miami. Y es que entre dos hijos que siempre le imponen nuevas metas se mantiene ocupada rompiendo records personales.
Por otra parte, es una mujer que le encanta conocer cosas nuevas. “Siempre tengo sed de aprender”; es más, recientemente se capacitó con todo su personal para manejar las máquinas del spa, y ahora quiere aprender a cortar el pelo. “Ahorita le estaba diciendo a mi estilista que quiero aprender porque así en cualquier momento yo podría apoyar aquí también”, dijo.
Y una vez llegó a la meta, se dio cuenta que todavía quedaban mucho recorrido más. Quién sabe qué otros obstáculos vencerá y que logrará, pero de algo estamos seguros, y es que Erika es una maestra en el arte del veni, vidi, vici.