The Kool Kid in town : ANDREW TURTON
Andrew Turton comenzó a montar su bicicleta con apenas un año y medio de edad, cuando se la regalaron por primera vez. Su mamá, Monique, nos cuenta que sus primos más grandes fueron su inspiración para involucrarse en el Bicicross, ya que ellos lo han practicado desde siempre. Fue cuando llevaron a Andrew a apoyar a una de las competencias y que además llevaba su bicicleta nueva, que él quiso probar. “La coordinadora del evento me dijo que lo metiera a la competencia, solamente de prueba, y ¡quedó encantando! Desde ese día no hay tarde que no salga con su bicicleta a intentar mejorar la técnica de bicicross” nos explica Monique.
“Andrew es un niño sumamente activo, es una manera de canalizar su energía de forma positiva” – Monique, madre de Andrew.
Ahora que tiene casi 3 años, Andrew asiste a las competencias cada mes, ya sea los domingos por la mañana o por la tarde. En cada competencia se premia a los ganadores, acumulando así, los logros a lo largo del año. En 2015, Andrew obtuvo un trofeo y dos medallas y este año, de las tres carreras en las que ha competido, “todas las ha ganado”, nos cuenta Monique con orgullo, “a pesar que no practica como todos los niños, porque aún es muy pequeño y tiene que descansar. Aún así, su entrenador en la pista Las Brisas me ha dicho que es un ciclista nato, además por sus resultados sin entrenamiento”.
Uno de los modelos a seguir de Andrew es su papá, Thomas, quien ha practicado Motocross y Supercross, lo que hace su amor por el deporte extremo corra por sus venas. “Ya comienza a montar moto” nos explica Monique.
“De pequeño no comprendía qué era un competencia, iba en primer lugar y se paraba para esperar a sus otros compañeritos que venían atrás que él. Ahora ya comprende. Ama las carreras, cuando se terminan y es momento de irse llora porque quiere seguir compitiendo. Ahora se imagina que es como Rayo McQueen en la copa Pistón”. Monique.
El tipo de bicicleta que utiliza este pequeño es sin pedales, pues el concepto de estas es aprender a manejar el balance primero y luego pasarse a una que sí tenga pedales. Andrew compite ya con niños de hasta 4 año y por su talento, en la última competencia le propusieron a sus papás subirlo de categoría por su buen desempeño.
Muchos padres tienen sus reservas y preocupaciones por los deportes extremos, especialmente por involucrar a sus hijos en ellos desde muy pequeños, pero lejos de las preocupaciones resulta un deporte positivo, “para Andrew es una pasión que lo emociona y lo hace feliz, además que como actividad física es importantísima, aprenden a manejar su balance, gastan energías, además que aprender a resolver y lo más importante, adquieren un sentido de logro que es muy importante y valioso para el autoestima de los niños” nos explica Monique.
Todos los días, Andrew busca cualquier lugar para aprovechar y montar su bicicleta y el gran potencial que trae por naturaleza, “en el condominio dónde vivimos le encanta montar y lo que más le gusta es brincar en túmulos ¡El es feliz!”.
