MÉTODO MONTESSORI: AMOR A PRIMERA VISTA
Por Paola Cabassa
Entre nervios y emoción me dirijo a la oficina donde me esperaban para mi primera entrevista de trabajo en un colegio Montessori.
“Buenos días Miss Cabassa, que gusto tenerla con nosotros. Por favor, pase adelante”. Frente a mí una puerta color violeta con una manecilla en el medio de la puerta (como las que siempre he visto) y otra en la parte de abajo. ¿Para qué será?, y antes que la pregunta salga de mi boca, una niña pequeña de unos 3 años me dice, – permiso, y sin la ayuda de ningún adulto allí presente abre la puerta.
“Pasen adelante” nos dice la directora. Éramos dos maestras aplicando al trabajo y tres parejas conociendo el colegio para tenerlo como opción para sus hijos.
Se abre la puerta y mis ojos no entienden lo que ven. El salón está dividido por áreas y los niños trabajan concentrados, en silencio total, sin seguir ninguna instrucción en particular de la maestra. Siete de ellos trabajan en el suelo sobre alfombras, mismas que se encuentran dentro de una elíptica color azul y roja.
“Ésta es vida practica nos dice”. Cuatro niños están haciendo diferentes actividades, uno limpia la mesa, otra pasa frijoles de un plato a otro, uno de ellos quita y pone botones y la otra limpia objetos de plata (lo que leyeron, limpia objetos de plata). Todos están tan concentrados que ni siquiera levantan la mirada al vernos allí. Uno de los señores que va en el tour le pregunta al niño de los botones, ¿de qué se trata tu juego? El niño lo mira y seriamente le responde: “esto no es un juego, estoy trabajando”. Yo sonrío y pasamos a la siguiente área: sensorial.
En esta área como su nombre lo indica se trabaja el desarrollo de los sentidos, un aspecto que suele olvidarse en los preescolares y que es de vital importancia. Veo a dos niñas sentadas, una de ellas tiene los ojitos tapados y en su mano un frasco tipo salero, el cual pasa frente a su nariz, olfatea y lo coloca nuevamente en la mesa. Continúa agarrando otro frasquito de la misma manera, lo coloca frente a su nariz, olfatea y mueve su cabeza de lado a lado, lo que significa que este no tiene el mismo olor que el anterior. Así se pasa hasta que encuentra la pareja del primer olor. Luego se quita el pañuelo que cubre sus ojos, y revisa si sus respuestas fueron correctas (todas las lecciones tienen control de error, es decir que no necesitan de una maestra para encontrar la falla. En este caso el control de error era lo que contenían los frascos, café, canela, clavo, etc.)
La otra pequeña trabaja muy similar, con cilindros de sonido. Son 6 diferentes, cada uno con una substancia diferente, sal, arena, piedras, arroz, frijol, entre otros y deben encontrar la pareja de cada cilindro únicamente sonándolo cerca de sus oídos.
Continuamos caminando por el salón y un alumno se acerca y me dice: “sabes que ya aprendí el mapa de América”, volteo a ver a la directora para ver si puedo ir con él, acentúa con su cabeza.
Me toma de la mano y me lleva hasta su alfombra. Basta con resumir que el niño, (de no más de cuatro años), me dejó con la boca abierta. Sabía todos los países del mapa y en su carita había una sonrisa de satisfacción.
Otros niños trabajaban en lecciones numéricas, lo que en mis cortos tres años de educación, había observado con alumnos de siete y ocho años, hoy veía a niños de entre cuatro y seis años hacer lo mismo, pero con el doble de emoción y sin ningún tipo de presión.
La maestra pasa desapercibida, está allí para ellos pero solo si la necesitan, nunca interrumpe su trabajo únicamente los dirige. Es como una brújula, únicamente sale a la vista cuando algún niño se siente perdido y necesita de su ayuda. Era un mundo nuevo para mí, y en esos diez cortos minutos me enamoré del método Montessori. ¡Es mágico!
Si nunca han tenido la oportunidad de observar un salón Montessori en vivo, los invito a que lo hagan, es una experiencia única. Llevo nueve años trabajando con la filosofía Montessori y no puedo imaginar mi vida como maestra y madre sin ella.
En la próxima lectura les contaré un poco más sobre las áreas en un salón Montessori, en qué consisten y como las pueden poner en práctica en casa.
Licenciada Paola Cabassa de Rodriguez
Psicóloga Educativa especializada en el Método Montessori