FASHION HISTORY: EL BOOM COMERCIAL
EL INICIO DE LA MODA GUATEMALTECA COMO LA CONOCEMOS HOY EN DÍA
Guatemala y sus influencias extranjeras
La década de los setentas es conocida por los grandes cambios que surgieron en la industria de la moda marcados por los distintos ideales políticos, sociales y movimientos alrededor del mundo. Esta década fue influenciada por el espíritu rebelde de la sociedad, específicamente de los jóvenes, quienes coincidieron en un comportamiento que rechazaba cualquier régimen tradicional.
Durante la década de los setentas, la política y la problemática social impactaron de gran manera la escena artística. El arte se tornó mas inclusivo y las personas exhibían su arte sin la aprobación de curadores de renombre o la aceptación de un museo. El feminismo empoderaba a las mujeres y el alce del performance permitía expresar toda la opresión que las mujeres experimentaron en décadas pasadas.
Dulce Será (2011) menciona que esta época inicia como continuación de tendencias de las décadas pasadas, los estampados psicodélicos aparecían a finales de la década de los sesenta, pantalones de cintura alta acampanados y zapatos con una plataforma gruesa. No existe un estilo único de la época pero esta se caracteriza porque la sociedad adopta una combinación de varios estilos a la vez; tales como disco, hippie, punk y la introducción de un estilo militarista, entre otros.
Una década de cambios ideológicos, políticos y de guerras internas en Centroamérica; contraste de la moda de este tiempo en dónde el colorido, la relajación de la silueta y la expresión cultural tomaron protagonismo.
La música disco tuvo un gran impacto en la vestimenta de los hombres, quienes utilizaban trajes de tres piezas con solapas anchas, pantalones acampanados, chalecos cortos, zapatos de plataforma y complementados con corbatas anchas o pañuelos coloridos.
Por otro lado el estilo punk pretendía promover pensamiento y libertad individual, esto lo lograban expresando su descontento con la situación social y política a través de prendas que chocaban y ofendían las tendencias tradicionales.
Debido al auge de las prendas ceñidas y cortas, se empieza a dar mayor importancia a la figura y condición física de las personas, promoviendo ejercicios en gimnasios o áreas públicas como las calles o parques. Influenciados por esto y el lanzamiento de películas como Rocky con Sylvester Stallone o Juego de Muerte con Bruce Lee, varios diseñadores agregan un tono deportivo a sus diseños, por lo que destacan prendas como pants, leotardos, leggings y zapatillas deportivas (Chajón, A.).
Más adelante Yves Saint Laurent incorpora a esa lista un LOOK con influencias campesinas, este básicamente consistía en blusas de hombro caído con diseños florales bordados y faldas con tiempos. Las casas de alta costura más reconocidas de la época, intentaban transformar a la mujer de esta década en un ser más libre de las ataduras sociales y las limitantes que se consideraban por su género. Diseñadores como Christian Dior e Yves Saint Laurent implementaron entre sus diseños prendas transparentes o escandalosamente reveladoras para la época. Fue en este momento en donde prendas como monokini alcanzan su auge a pesar de haber sido creadas años atrás.
Las marcas de alta costura dominaban la industria de la moda, hasta la llegada del prêt-à-porter en la década de los cincuenta (TASCHEN, 2011). Prêt-à-porter, es una expresión francesa que significa “listo para llevar”, en esencia es la producción masiva de prendas que alcanza su auge en la década de los setentas, cuando diseñadores como Yves Saint Laurent, Chanel y Christian Dior empiezan a implementarlo en sus marcas, además de las piezas Haute Couture (Gómez, 2011). Este nuevo método de producción no afecta la calidad de las prendas, al contrario agiliza el proceso e incrementa el alcance de la marca, las piezas producidas en prêt-à-porter son presentadas dos veces al año en Fashion Week (TASCHEN, 2011).
La moda en GUATEMALA
LA SEXTA AVENIDA
Todos estos nuevos patrones, siluetas, vestidos y demás, influyeron en la manera de vestir guatemalteca, especialmente en la ciudad de Guatemala; en dónde los pantalones acampanados fueron los principales protagonistas del vestuario masculino y femenino.
La Sexta Avenida era conocida como “Calle Real” y algunos afirman que fue la versión guatemalteca de 5th avenue en Nueva York, debido a que fue una calle emblemática gracias a las tiendas acreditadas y los locales famosos que la habitaban. boom de la Sexta Avenida sucedió desde los años veinte hasta los sesenta, la mayoría de los capitalinos frecuentaban esta calle para realizar sus compras o pasear, es así como surge el término “sextear”.
Esta calle era el escenario de los paseos de fines de semana de los capitalinos e incluso uno de los lugares más frecuentados por aquellos que vivían en el interior del país, donde muchos se reunían con sus amigos y conocidos, e incluso algunos jóvenes frecuentaban la Calle Real para conocer a muchachas y viceversa.
Era considerado uno de los lugares más costosos, por lo que no muchos podían costear las mercancías de las tiendas o comer en restaurantes como Fu Lu Sho, conocido por ser uno de los principales restaurantes en el área. Este restaurante tenía en su menú comida asiática y hamburguesas y hot-dogs para aquellos que no pudiesen gastar mucho. Además era donde jóvenes de clase alta o quienes ahorraran lo suficiente podían disfrutar de entretenimiento como el cine Tikal, en donde se presentaban las mejores producciones de Hollywood.
La Sexta también tenía algunos de los productos más innovadores del mercado internacional, las tiendas exponían en sus vitrinas su mercadería, haciendo “vitrinear” una de las principales atracciones de la calle. Hernández (2006) menciona que las principales vitrinas de la época eran El Almacén La Perla (relojes, joyería, anteojos, etc.), la Farmacia Klee (famosa por los perfumes que vendían), también menciona algunos almacenes de ropa como el Cairo (el cual aún existe, se dedicaba a la venta de telas, toallas, patrones, etc.), almacén Mendelson (ropa de niños y bebés), Calzado Minicci (zapatería para damas), almacén Vecchio o La Dalia Azul (ambos de ropa y accesorios para caballero), entre otros.
Fuera de la Sexta Avenida, pero siempre en la zona 1, abre en 1950 la tienda Emporium. Actualmente tiene más de seis décadas de especializarse en la venta de trajes importados para caballero. El negocio iba tan bien que entre la década de los sesenta y setenta, abrió dos tiendas más en Montúfar (1966) y Xela (1968), además de la que tenían en la 1 calle 4-30, zona 1.
En 1967, alrededor de 15 almacenes en la Sexta Avenida fueron víctimas de un incendio provocado por la guerrilla, a pesar de esto el comercio guatemalteco seguía creciendo y la Sexta Avenida seguía siendo el corazón del mismo. No fue hasta mitad de los años setenta que debido a la inseguridad de área y por los daños del terremoto, varios de los almacenes más viejos y otros modernos, terminaron desapareciendo, causando así la caída del boom comercial guatemalteco. (GuatemaladeAyer, 2012)
RABIN AJAW
En el contexto índigena, surge el certámen de Rabin Ajaw en los distintos municipios y departamentos, lo que permitió una nueva gama de colores y textiles; tocados y joyerías que le dieron un nuevo significado al vestuario femenino tradicional indígena.
Alrededor de los años 30, surgió el Festival Folclórico de Cobán que se caracteriza por ser una iniciativa que protege y promueve los trajes indígenas de Guatemala. Tal ha sido el aporte cultural de este festival, que se ha convertido en Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.
Los trajes indígenas son piezas únicas que transmiten símbolos y poseen un lenguaje propio. Por años han contado la historia de los diferentes pueblos mayas y a través de los colores, texturas y bordados, han sido capaces de retratar su cultura.
De acuerdo con Bárbara Knoke, en la revista Galería: Trajes indígenas de Guatemala (2010) con el objetivo de mantener la tradición y el folclore, los pueblos indígenas han organizado desde 1936 distintos certámenes para elegir a la representante de la belleza indígena en Guatemala. A partir de 1971 se oficializó este certamen con el nombre Rabin Ajaw que en q’eqchi´ significa “hija del rey”.
Para poder ser candidata del Rabin Ajaw las mujeres deben ser indígenas guatemaltecas entre 15 y 25 años. Este certámen es un referente social y político pues no se basan únicamente en la belleza física sino en la conceptualización cultural y el vestuario innovador.
PARA ANA YUCUTE , QUIEN FUE SELECCIONADA RABIN AJAW DE 2008 A 2009, LOS ATRIBUTOS IDÓNEOS PARA SELECCIONAR A UNA GANADORA VAN MÁS ALLÁ DE LA BELLEZA FÍSICA. “PRIMERO EL LIDERAZGO DE LA MUJ ER DURANTE EL PROCESO DE ELECCIÓN, DESENVOLVIMIENTO CULTURAL, ORIGINALIDAD DEL TRAJE, HABLANTE NATIVA, USO CORRECTO DEL IDIOMA ESPAÑOL, DISCURSO COHERENTE Y BAILE ADECUADO DEL SON”, NOS COMPARTE.
LAS CANDIDATAS
Las participantes junto con los líderes comunitarios, hacen un esfuerzo inmenso por combinar los trajes ceremoniales y darles un toque moderno, adaptado al contexto de las jóvenes. Se intenta a través de este concurso, revitalizar el traje indígena apostando por un concepto vanguardista y al mismo tiempo rescatar los elementos más importantes de los ancestros.
Thor Janson en la revista Reveu (2011) explica que a pesar de que el concurso tiene como requisito utilizar el traje característico del municipio, muchas concursantes optan por una opción más contemporánea. Desde los colores hasta las telas, velos y texturas varían para lograr el toque innovador que muchas veces les garantiza la corona. El traje es un símbolo dinámico que de una forma concisa integra la indumentaria, idioma, practicas de la espiritualidad maya y otros elementos culturales.
Además de integrar símbolos del pasado con las tendencias modernas, cada candidata le da un toque distinto de acuerdo a su comunidad y a su propio gusto. Es por esto que cada traje es una expresión artística de la rica cultura maya de nuestro país. A diferencia de los trajes ceremoniales, en esta ocasión se puede innovar e implementar la creatividad.
La cultura es dinámica y lo mismo sucede con las tejedores que empiezan a integrar elementos de moda y diferentes formas de elaborar los trajes indígenas. Al momento del concurso, las participantes visten la esencia de su comunidad en su máxima expresión.
Además de ser un evento icónico para la moda indígena en Guatemala, es un evento de carácter político cultural pues posiciona a jóvenes mujeres en cargos de gran carácter simbólico. La visualización de la ganadora por parte del municipio y el país, como una figura que puede involucrarse en la resolución de problemáticas y que tiene una postura importante ya es un cambio en el camino que están abriendo las mujeres.
Este espacio cultural es un referente para la moda guatemalteca por su riqueza de tejidos y tendencias; pero al mismo tiempo cumple una función esencial dentro de la sociedad para introducir a las mujeres indígenas a las diversas oportunidades y empoderarlas hacia una gestión del bien común.
En el caso de Ana Yucute, ella luego de obtener el título de Rabin Ajaw, utilizó su experiencia y cargo honorario para trabajar por la juventud indígena. Logró abrir la unidad de la juventud en una institución de gobierno (Fondo de Desarrollo Indígena Guatemalteco). El ser capaz de lograr ese espacio y hacer un diálogo inter institucional, ya es un gran avance para ella como líder comunitaria.