CREATIVE MIND: EMILIANO VALDÉS
Conoce la impresionante trayectoria de uno de los representantes guatemaltecos más importantes dentro del mundo del arte y hoy curador del Museo de Arte Moderno de Medellín.
Emiliano Valdés nació en Guatemala en 1980 y actualmente es Curador jefe del Museo de Arte Moderno de Medellín. Hasta hace poco fue Curador asociado de la 10ª Bienal de Gwangju (Corea del Sur) y Co-director de Proyectos Ultravioleta, una plataforma multifacética para la experimentación artística en la Ciudad de Guatemala, en donde también fue Curador y responsable de artes visuales del Centro Cultural de España. Además, ha trabajado en instituciones como dOCUMENTA(13)(Kassel), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid; y Contemporary Magazines en Londres, entre otros.
Emiliano es arquitecto por la universidad IUAV (Venecia, Italia) y tiene un posgrado en Historia del Arte y la Literatura Hispanoamericana por la Fundación Duques de Soria y el Ministerio de cultura de España. Ha escrito para ArtNexus, The Exhibitionist, Arte al Día y FlashArt, entre otras publicaciones internacionales así como para catálogos de artistas y libros especializados.
LM: ¿CUÁLES FUERON SUS INICIOS EN EL MUNDO DEL ARTE Y CÓMO LLEGÓ A CONVERTIRSE EN CURADOR?
EV: Siempre estuve cerca del mundo del arte por mi papá, Sergio Valdés, y mi familia en general. Al terminar la universidad en Italia, regresé a Guatemala a trabajar en un proyecto vinculado al centro histórico, que era interesante pero que, como muchas cosas en nuestro país, estaba sobre determinado por cuestiones políticas. En ese momento me acerqué al mundo artístico y empecé a trabajar con artistas, primero, y con instituciones culturales después, al mismo tiempo que empecé a organizar exposiciones.
La primera institución que me contrató fue la galería Sol del Río, donde aprendí mucho. Luego trabajé con Rosina Cazali en el Centro Cultural de España y de allí me mudé a España a trabajar como Coordinador de exposiciones en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Al acercarme al medio del arte me puse a organizar exposiciones, primero de manera bastante informal e intuitiva y luego con posturas e intenciones cada vez más claras. Me parecía que en una sociedad tan compleja y divida como la guatemalteca, el arte era un muy buen espacio para la discusión de ciertos temas que de otro modo era muy difícil abordar. A partir de estas experiencias llegué a entender todo lo que implica ser un curador.
LM: ¿QUÉ ES LO QUE MÁS LE APASIONA SOBRE EL MUNDO DEL ARTE Y LA CURADURÍA?
EV: El arte tiene una condición especial y es que, a diferencia de otras disciplinas, tiene un margen de libertad extraordinaria. Esto hace que se den en él, cosas que son imposibles en otros ámbitos: ideas nuevas, maneras distintas de entender el mundo, de relacionarnos con nuestro entorno y con otras personas, de –literalmente– vivir la vida.
Un curador es una persona que tiene que estar al tanto de lo que se está produciendo y que tiene la posición privilegiada de trabajar de primera mano con estas nuevas ideas y formas de ver el mundo. Pero también tiene responsabilidad ética sobre las ideas que hace públicas.
El arte hoy es un espacio de pensamiento y discusión sobre lo que sucede en el mundo y tenemos que utilizarlo para aportar de maneras sensibles, inteligentes y constructivas. Creo que es ese reto lo que me interesa, además de la profunda convicción que el arte nos hace mejores personas, más tolerantes, más empáticas, más recursivas.
LM: ¿CÓMO LLEGÓ A SER EL CURADOR DEL MAMM?
EV: Después de esas dos experiencias iniciáticas en Guatemala, me mudé a Madrid en donde se concretó mi interés por trabajar en la presentación y producción de arte y particularmente en el contexto de instituciones museísticas. Esto me parece particularmente necesario y pertinente en un país como Guatemala en el que tenemos mucho trabajo por hacer en ese sentido. Después de la experiencia en el Reina Sofía, me mudé a Londres a trabajar como Director Editorial de una compañía que publicaba revistas de arte contemporáneo.
Allí aprendí a escribir y a editar y, además, me tocó reestructurar la compañía porque empezamos también a publicar en español. De esa compañía también abrí oficinas en Panamá. En 2009, regresé a trabajar al Centro Cultural de España como responsable del área de artes visuales y curador. Eso fue interesante porque era volver a una institución en la que ya había trabajado, pero con mayor autonomía y en un momento de muchas posibilidades. Ahí fue que abrimos (Ex)Céntrico, una sala de proyectos especiales CCE que fue el primer espacio de arte contemporáneo en la zona 1 y que abrió campo a muchas de las cosas que sucedieron después. Por esos años me vinculé también a Proyectos Ultravioleta, un poco con la idea de fortalecerlo institucionalmente, que también fue experiencia extraordinaria. En 2012 me dieron un fellowship para trabajar como Curador en el departamento de Maybe Education and Public Programs de la DOCUMENTA(13), que es uno de los eventos de arte contemporáneo más importantes en el mundo.
Al terminar esta experiencia regresé brevemente a Guatemala pero casi inmediatamente me invitaron a ser curador de la 10ª Bienal de Gwangju que se llevó a cabo entre septiembre y diciembre de 2014. La oficina estaba en Londres, entonces viví allá (pero viajábamos muy frecuentemente a Asia), y en abril de 2014 me invitaron a participar en el proceso de selección del Curador jefe del Museo de Arte Moderno de Medellín en donde estoy ahora.
En ese entonces, el museo se encontraba en un momento muy especial: Estaba a un año de inaugurar una expansión que iba a triplicar su capacidad. Consistía no sólo en una ampliación física sino, sobre todo, en una revisión del propio proyecto del museo. Era un momento de crecimiento en todo sentido y ser parte de esa coyuntura que permitirá re imaginar la institución y sus alcances, tanto a nivel local como internacional, me parecería muy interesante. La invitación era justamente a pensar un nuevo museo, a estrenar 1 edificio y a llevarlo a una nueva dimensión más profesional, más internacional, y más en línea con una visión museística contemporánea. Para mí también era la oportunidad de pensar cómo una ciudad, (que en muchos aspectos se parece a la Ciudad de Guatemala), puede tener una infraestructura cultural como esta y cuáles son los mecanismos que hacen eso posible, con miras a un día poder aplicarlas en Guatemala.
LM: ¿CUÁLES SON SUS PROYECTOS A FUTURO?
EV: En este momento de mi vida estoy muy concentrado en el museo, por motivos obvios, y porque además es el proyecto gigante que absorbe casi la totalidad de mi tiempo y mis energías. A corto plazo estoy trabajando en la segunda edición del Coloquio de arte no-objetual, un evento fundacional para el MAMM y también para la historia del arte latinoamericano y en una exposición retrospectiva del mexicano Carlos Amorales que abre en julio, al tiempo que estará en la Bienal de Venecia.
Además, estoy preparando la primera exposición en América Latina de Allora & Calzadilla, un dúo extraordinario de artistas cubanoestadounidense. También estoy trabajando en una exposición de arte contemporáneo guatemalteco que se presentará en el marco de la iniciativa Pacific Standard Time: Los Angeles / Latin America, y que se inaugura en septiembre de este año en el Museum of Contemporary Art Santa Bárbara. Es un proyecto grande que también ha requerido mucha fuerza y energía pero con el cual estoy muy contento y que contará, además de la exposición que incluye 70 artistas, colectivos y colaboraciones de Guatemala, con un libro editado por Black Dog Publishing. Ha sido una experiencia de mucho aprendizaje que tengo muchas ganas de ver en salas.
Además tengo la suerte de estar trabajando con profesionales guatemaltecos de primerísimo como el arquitecto Alejandro Paz y el estudio de diseño Ambush. A mediano plazo estoy trabajando en varias otras exposiciones dentro y fuera del MAMM pero la verdad, con ganas de tomarme un par de años para vivir cerca del mar y hacer una maestría en filosofía. Veremos que sucede.
Fotografías: servicios