LOS HERMANOS KOZINA O CÓMO REVIVIR A UN PACIENTE EN ESTADO DE COMA
Distefano fue fundada en 1979 por Antonio Kozina padre. Treinta y nueve años después (en 2007), Antonio y su hermano Cacho tomaron las riendas de la empresa para darle un giro de 180 grados y adaptarla a una juventud dinámica, curiosa, auténtica y cambiante.
Desde pequeños trabajaron en la fábrica textil de Distefano, en las tiendas como vacacionistas o en el área de serigrafía, eso recuerda Antonio Kozina, de 39 años y al frente de una de las empresas con mayor trayectoria de diseño en el país. Con esos antecedentes no resultaba extraño que la industria de retail y confección se le diera como algo natural.
Sus allegados le dicen Tony o Tono. Dice admirar a su madre, un pilar para la familia, a su hermana Anitza y a Ariánne Engelberg; de su padre aprendió a tomar riesgos. Junto a su hermano, su “partner”, aprenden y se “aguantan día a día el uno al otro. Bueno, a veces nos aguantamos…”, bromea.
Durante esta década, la empresa ha sorteado todo tipo de retos distintos, “el camino no ha sido fácil, nos tocó revivir a un paciente en estado de coma. Muchas veces pensamos hacer otra cosa y tirar la toalla, pero lo más importante es la constancia y paciencia. Y un toque de pasión”, explica el admirador de Michael Jordan, Elon Musk y Steve Jobs. Personajes que piensan en grande.
No tiene un color favorito, tiene muchos: blanco, negro, azul, gris, corinto, rosado, celeste. Disfruta leer libros de historia espirituales y biografías; además escucha audiolibros en el tránsito, “ahora estoy oyendo Sapiens, es muy bueno”.
SEGUNDA GENERACIÓN
Es Administrador de Empresas y Mercadeo por la Universidad de Louisiana, Estados Unidos. “No sabía qué estudiar así que elegí algo genérico, algo que me podía servir para todo. Al final me terminó gustando”. Comparte la profesión con su mamá y hermano.
Diez años atrás, en 2007, junto a su hermano Cacho, empezaron a dirigir el proyecto. Debían darle una oportunidad y el resultado fue una mezcla de reuniones, música, chistes, enojos, creatividad, aprendizaje y, ahora, “un poco de burocracia”, dice. Al principio fue como inercia, después le agarró gusto; ahora, no se ve haciendo otra cosa.
Los elementos que le inspiran a crear son: mantenerse activo y aprender de los demás, “cuando crees que lo sabes todo dejas de crear y te estancas”, también la libertad financiera. Describe su trabajo como “emocionante” e indica que sus mayores logros han sido “ser constante, tratar de hacer las cosas mejor cada día. Conformar un equipo de trabajo muy bueno y llevar, junto a ellos, a Distefano fuera del país.
La empresa empodera a las mujeres porque muchas profesionales están en puestos clave, “sin ellas el proyecto no sería posible, desde confección hasta puestos gerenciales”, explica Antonio. De los proyectos que más le enorgullecen está el área de Outfit Corporativo, “trabajamos con clientes que admiramos mucho como McDonald´s, Tigo y GnC, por nombrar algunos, de los cuales hemos aprendido la importancia de mantener a los colaboradores cómodos y contentos”.
Considera que su trabajo impacta en la vida de los demás directa e indirectamente, “creo que la única manera de no impactar al mundo es quedándonos en casa sin hacer nada. Lo importante es hacer las cosas de la mejor manera.”
fotografía: EVA ZELENKOVÁ
