Tejido urbano, el taller donde se materializan los sueños.
Iniciar una empresa resulta una aventura. Alejandra Quinteros decidió apostar por su proyecto personal y fundó su propia firma de arquitectura y diseño.
Emprender puede compararse con dar un paso al vacío, nadie sabe lo que sucederá después. Pocas personas se atreven a hacerlo y para ellos, la vida trae grandes recompensas: conocimiento, nuevas experiencias, proyectos retadores y una larga lista.
Alejandra Quinteros se atrevió a construir su destino e iniciar un taller de arquitectura y diseño que busca ofrecer soluciones funcionales a sus clientes: Tejido Urbano. ¿Por qué decidió nombrarla de esta manera? “El término se utiliza en urbanismo, se refiere a cómo está estructurada una ciudad, las calles, su estilo, etc. Pero hay algo más, no importa la escala del proyecto, siempre está integrado a su contexto”, explica. Y es ese uno de sus mayores objetivos, comprender a las personas que llegan buscando una respuesta de vivienda u otro proyecto, basándose en su forma de vida, sus gustos, su dinámica familiar; en el caso de las marcas: conocer qué desean transmitir, extraer su esencia para poder mostrarla al mundo a través de estructuras funcionales, elementos constructivos de vanguardia y nuevas tendencias. Es así como Alejandra decidió presentar en LOOK Magazine el primer edificio a cargo de su firma.
Si eres amante de los animales, buscas espacios bikefriendly, y te gustan los complejos habitacionales que se funden con áreas de comercio, como sucede en grandes ciudades como Nueva York, Ámsterdam y Barcelona, probablemente UNIO te encantará. Se trata de un concepto Urban Village, en zona 14. Un proyecto de vivienda sin muros perimetrales, que ofrece a sus habitantes espacios integrados a la ciudad. Un lugar para aquellos que buscan un estilo de vida más saludable, ecológico y gusten de llegar a su trabajo caminando; un sitio para aquellos que gozan reuniéndose con sus seres queridos o amigos en algún café cerca de su hogar. Esta propuesta es para todas las personas que disfrutan de vivir en la ciudad, que prefieren experimentar las novedades. “Nuestra idea es aportar a la ciudad, que las personas no se encierren sino que generen una conversación”, considera Alejandra.
Uno de los materiales que Tejido Urbano empleó en el proyecto fue acero, “creemos que posee muchas bondades”. Una de las influencias de Alejandra es la arquitectura japonesa, “¿por qué me gusta? Porque son muy fieles a la naturaleza de cada elemento que utilizan: la piedra es piedra, por ejemplo. Mi estilo es simple, pero tratando de explotar al máximo los atributos de cada uno. Me gusta el concreto, el acero y la madera, sacando provecho de sus cualidades”. Su estilo trata de resaltar la simpleza, presencia y limpieza.
El trabajo en equipo en Tejido Urbano ha sido clave para alcanzar los objetivos más ambiciosos. En todo el proceso se integra a los 4 arquitectos que componen el equipo de trabajo, profesionales comprometidos, que prestan especial atención al detalle, un punto diferenciador de su empresa.
¿Quién es Alejandra?
De 29 años y graduada del Pratt Institute, en Nueva York, Alejandra considera que la parte más importante de un buen diseño se basa en crear espacios funcionales, únicos y personalizados adecuadamente a cada uno de los requerimientos de sus clientes, sin dejar de lado su esencia y características fundamentales, permitiéndoles llevar una actividad plena. En Guatemala encontró potencial de crecimiento por lo que decidió volver. Trabajó en grandes empresas pero decidió fundar Tejido Urbano, dos años atrás, “la arquitectura me encanta y apasiona”.