The healing power of sound
La terapia de sanción por sonido ha sido parte de nuestra existencia y de las culturas milenarias, quienes han heredado la creencia de que distintos aspectos sonoros tienen la capacidad de sanar, mejorando la salud y el bienestar de una persona para que vibre de nuevo con armonía con otros, su entorno y el universo.
El sonido, el cual es medido con la frecuencia de Hertz (Hz), está presente en todos los aspectos de nuestra vida, siempre que tengamos la consciencia despierta. Éstos, así como pueden estar en palabras de alivio, el viento, o nuestras canciones favoritas, también lo pueden estar en aspectos desagradables que nos desalinean.
Por eso, es importante rodearnos, o incluso someternos, en ambientes en donde los sonidos sean agradables para nuestros oídos, pues, además de ser escuchados, éstos tienen una gran capacidad de influenciarnos y afectarnos neurológicamente. Así como pueden afectar nuestra mente, también la pueden sanar, y esa es la creencia, que tiene el poder de curar trastornos en nuestro interior.
A lo largo de la historia, la música ha sido utilizada para elevar la moral de grupos de personas, mejorar la efectividad, eficiencia y productividad de un trabajador, alejar los espíritus malignos cuando se canta fuerte, y relajar el alma. Este último aspecto es en el que nos enfocaremos, ya que creemos firmemente en que lo que percibimos tiene un gran impacto sobre nosotros.
Distintas investigaciones y expertos de universidades prestigiosas aseguran que la música está relacionada con una serie de beneficios para la salud, entre estos: aumentar la función inmunológica, reducir los niveles de estrés, liberar el miedo y el dolor, limpiar las emociones, calmar las dolencias físicas, y el alivio de enfermedades crónicas.
Types of sound therapy
La sanación del sonido puede lograrse a través de distintas prácticas, actividades y niveles, ya sea de forma grupal o personal; aunque la mayoría de las sesiones que se realizan de manera individual con un profesional o experto en el tema han demostrado tener resultados más beneficiosos y trascendentes en el individuo.
Las sesiones pueden constar de sentarse o acostarse mientras se escucha la música por medio de audífonos, altavoces, instrumentos en vivo o incluso el canto de otros presentes. Las vibraciones que se producen comienzan a penetrar en la mente y el cuerpo y a surtir efecto para balancear a quien se ha sometido a esta terapia.
Algunos de los tipos de terapia que existen son:
– Terapia vibroacústica: La liberación de vibraciones sonoras audibles afectan las funciones del cuerpo, como la presión arterial y la respiración. Es ideal para promover la relajación, reducir el dolor e incluso apaciguar síntomas en quienes se recuperan de una cirugía mayor.
– Meditación guiada: El principal propósito de esta sesión es la meditación mientras se escuchan instrucciones, sonidos o se repiten mantras que inducen hacia ella. Algunos de los beneficios que se obtienen es la reducción del estrés y la ansiedad, reducir la presión arterial y evitar el riesgo de infartos o ataques al corazón.
– Terapia neurológica: Se ha demostrado que la musicoterapia puede reducir el estrés y promover la relajación de manera más eficaz que los medicamentos o químicos. Lo ideal es realizarla durante 30 minutos, con la supervisión de un profesional, para alcanzar una excelente rehabilitación y efecto cerebral.
– Terapia de cuenco: Esta terapia se remonta del siglo XII, época en la que se utilizaba un cuenco o recipiente de metal que producía un sonido profundo y penetrante para balancear la mente y espíritu. Las vibraciones que emite son beneficiosas para liberar la ira, disminuir la depresión y desencadenar la fatiga.
– Ondas cerebrales: Método que estimula el cerebro para que éste se alinee con la frecuencia de los latidos del corazón. Los sonidos inducen a la relajación y el sueño, reduciendo de manera considerable los ataques de ansiedad y los dolores premenstruales.
* Con datos obtenidos de la revista en línea Healthline Media.