MARIA JOSÉ RUIZ: LA EMPRENDEDORA QUE TRAJO A GUATEMALA UNA DE LAS MEJORES MARCAS DE BRONCEADORES
María José Ruiz, la emprendedora guatemalteca creadora de MALI Tanning, la empresa de bronceadores que está revolucionando Guatemala y El Salvador, siempre ha tenido el impulso de crear algo desde cero, una inspiración de la que siempre ha estado segura.
“Se siente muy visceral, como una fuente interna de energía y si no estoy involucrada en algo emocionante, interesante y desafiante, me siento inquieta y muy infeliz.”
Todo esto viene desde que era muy pequeña, pues a Majo le encantaba jugar a ser diseñadora de modas y asesora de imagen, de estos juegos nació una pasión por la moda y por emprender en este ámbito. A los 16 años, su abuela le dio uno de los regalos que más marcarían su camino: una máquina de coser que la llevó a soñar en grande. Con emoción llegaba a casa a dibujar y coser sus propias prendas de ropa, todo con la visión de crear algún día su propia marca. María José inició con su capacitación en temas como diseño de moda, creación de marcas, importaciones y negocios, cosa que le hizo darse cuenta que era tiempo de crecer y apoyarse en alguien más.
La determinación de la emprendedora se vio reflejada al momento de crear su plan de negocios, el cual con entusiasmo presentó a un amigo con el fin de convertirlo en su socio inversionista; este aceptó y con la experiencia combinada de ambos, nació AMLIFE, una marca registrada en Guatemala que vende productos enfocados en la mujer. La confianza, decisión, responsabilidad, creatividad y sobre todo pasión de sus creadores sus colaboradoras por cumplir los sueños, han sido los ingredientes claves en este recorrido hacia el emprendimiento.
“Cuando ejercía como maestra tuve mi primer emprendimiento de exfoliantes orgánicos, el cual no duró mucho tiempo ya que me desanime muy rápido. Desde entonces me quedó esa espinita de emprender en algo que me apasionara. Siempre supe que tenía que ser algo relacionado con la moda y ropa, pero nunca me imaginé que este camino iba a comenzar con zapatos, el cual fue mi primer emprendimiento y por el que realmente conocí MALI”, nos cuenta.
La empresa inició con calzado diseñado por Majo y fabricado en México. El viajar abrió puertas y oportunidades de negocios, llevándolos a tomar la decisión de tomar una franquicia mexicana para integrarla a la sociedad guatemalteca. La marca, llamada MALI, distribuye bronceadores 100% naturales libres de sustancias químicas. Estos bronceadores utilizan tecnología de ingredientes activos que forman un efecto espejo en la piel, haciendo que los rayos solares reboten y no la penetren. Los rayos solares calientan la pantalla de aceites, y cuando esto sucede, es un aviso de que la persona que se lo aplicó debe de retirarse del sol. Actualmente AMLIFE y MALI distribuyen sus productos a todo el país.
“Lo más satisfactorio es que hemos inspirado a muchas mujeres a iniciar sus propios negocios”, comenta Majo. “Hemos tenido casos en donde apoyamos a mujeres a crear sus propias redes de venta para que puedan generar ingresos adicionales para su familia.”
Dentro de este tiempo, la emprendedora comenta que uno de los mayores retos que ha tenido dentro de AMLIFE Y MALI es dejarse guiar y ayudar por otras personas, ya que le gusta asegurarse de que todo salga impecable y que sus clientes disfruten la experiencia de comprar con dentro de la marca.
Participamos en diferentes actividades de labor social, sabiendo que estamos colocando nuestro grano de arena para hacer una Guatemala mejor, estamos apoyando a quienes tienen menos que nosotros, aplicando el principio de solidaridad que todos deberíamos de practicar.
“Estamos por lanzar nuestro proyecto de vendedoras, el cual planeamos para que muchas mujeres Guatemaltecas puedan iniciar un negocio o un ingreso extra sin tener el medio de comenzar de 0 ya que tiene una marca detrás de ellas que les va apoyar”, comenta Maria Jose, cosa que demuestra su pasión por ver crecer a aquellas que se encuentran a su alrededor.
Maria Jose recomienda a todas aquellas que desean emprender que “se tiren al agua”, pues el camino puede no ser fácil, pero si es algo que nos apasiona, poco a poco veremos los frutos de nuestro esfuerzo.