Woman to watch: Michelle Hazbun
Para Michelle Hazbun, la arquitectura es la acción de llevar una idea a un objeto final. “Es la capacidad de poder imaginar un espacio tridimensional: poder imaginar sensaciones, luz, volumetría y los efectos que estos tendrían en el usario final”.
Su interés por la arquitectura se dio de manera natural ya que viene de una familia de artistas, su mamá es diseñadora de interiores y su papá arquitecto. Desde muy pequeña, Michelle visitaba obras con su papá mientras él le explicaba cada espacio y concepto detrás de los diseños.
En sus diseños, Michelle busca reflejar ese vaivén entre cliente y arquitecto el cual según ella es descrito perfectamente por Robert A.M. Stern, actualmente decano de la facultad de arquitectura de Yale: “el diálogo entre cliente y arquitecto es de las más íntimas conversaciones que se puede tener, porque cuando estás hablando de la construcción de una casa, estás hablando de sueños.”
Más allá de tener un estilo definido o en hacer un cierto tipo de arquitectura, para Michelle es crucial que todo diseño tenga un resultado sensorial involucrado que deriva del objeto. Esto quiere decir que siempre se tiene que respetar el componente de función. “Por ejemplo, una casa es para vivir, un museo para exhibir arte, etc. No se nos puede olvidar que la arquitectura es arte vivo, arte interactivo diario y esto siempre se debe considerar”. Existen beneficios en tener un estilo definido mercadológicamente pero Michelle sabe que cada diseño es un reflejo de su entorno, su localidad, sus habitantes y su cultura. “Cada uno de estos factores hacen que el resultado sea siempre distinto los cuales necesitan diferentes cosas”.
Michelle es parte de Sommet Arquitectura, una empresa de arquitectura y construcción y su mayor reto dentro de él es el de generar arquitectura de calidad, una arquitectura que genere emociones en el sugeto que lo experimenta y una arquitectura que resulte en clientes satisfechos y que sea apreciada independientemente de la época.
No existe un proyecto que sea más importante para ella ya que cada uno tiene sus propios retos y sus distintas satisfacciones pero Michelle reconoce que lo que hace que un proyecto sea exitoso son las relaciones duraderas con clientes satisfechos, los que siempre regresan a su estudio cada vez que tienen un nuevo proyecto.
“El mayor reto en cualquier desarrollo artístico es poder innovar constantemente. Ya no vivimos en el mundo industrializado en masa de hace 50 años y la renovación de lo creativo debe ser lo primordial para todo artista. Esto implica que los pasos a seguir no los determinas tu, si no los proyectos que vienen. Son éstos los que te dan la pauta de qué línea seguir ya que se vuelven como organismos vivos pues se presentan con personalidad propia. Nuestro reto como artistas es dar forma a esa personalidad, no cambiarla ni mutarla si no hacerlo de manera innovadora y buscando siempre romper el status quo.”
Aunque su pasión más grande es la arquitectura, Michelle se describe como “muchas cosas frustrada”. Entre ellas chef, decorada y party planner. “Me apasiona aprender cosas nuevas. Al final, mi trabajo es el resultado de mis experiencias y mi entorno, me apasiona mantener ese entorno variado”.
En cuanto a sus planes futuros, la empresa en donde trabaja Michelle está terminando una lotifiación cerca de Antigua Guatemala. “San Mateo de Antigua es un proyecto que tengo muy cerca de mi corazón, le hemos dedicado mucho tiempo, esfuerzo y cariño. Estoy muy emocionada de empezar a diseñar todas las casas de los clientes y una vez más, el ser parte y poner un granito de area en esos sueños”. Desde el inicio de su carrera, Michelle se involucró en la arquitectura pero también se ha desarrollado en el área de desarrollo en proyectos de inversión gracias a sus maestrías.
“No hay límites para la imaginación cuando crees en lo que haces y tienes inversionistas que creen en tu trabajo”.
Michelle cree que la arquitectura el día de hoy es mucho más especializada de lo que era hace algunos años. “Hay muchos nichos y la arquitectura en Guatemala está ya dando vuelta a la página de lo típico”. Es por esto que su consejo a los futuros arquitectos está en que encuentren el nicho que les apasiona y que no tengan miedo a “salirse del guacal”.
“La arquitectura va más allá de un resultado en dos dimensiones como por ejemplo la del diseño gráfico. La arquitectura va más lejos que un objeto, es una experiencia tridimensional viva de ese proceso creativo. Para ser parte de ese proceso solo hay que querer serlo”.
Redacción: Rita Arévalo
Retratos: Angelique Hazbun
Fotos arquitectura: Monodelespacio, El Estudio y EKAM.
