Claudia Méndez Arriaza
Hija de padres contadores, Claudia Méndez modificó las tradiciones y los estándares de su casa cuando decidió estudiar periodismo. Su valentía y perspicacia hacen de ella una reportera audaz, cuya voz se hace escuchar en los hogares de miles de guatemaltecos que semanalmente sintonizan su noticiero.
Claudia se enorgullece de su profesión, “ser periodista me ha dado la oportunidad de no solo conversar con personas que hacen historia, sino también me ha permitido hacer algo más atrevido: plantear preguntas. Siendo reportera he podido conocer el país y conocer a guatemaltecos excepcionales, héroes anónimos que a diario construyen nuestra nación desde sus pequeños rincones”.
Claudia comenzó a trabajar como reportera para elPeriódico a finales de los años noventa. Su primera labor y a la cual se dedicó por 15 años, consistía en cubrir los tribunales. Sin experiencia y recién egresada de la universidad, Claudia se esforzó por conocer y entender el mundo judicial, por lo que se dedicó a investigar crímenes relacionados con derechos humanos, narcotráfico y corrupción.
“Fui a cubrir la fuente de tribunales, famosa entre reporteros por ser un lugar duro, de trato difícil, incluso traumático por el tipo de historias que se ven allí. Pero me di cuenta que el propósito era que yo conociera en los juzgados la historia de mi país. Estaba cubriendo y escribiendo historias sobre la justicia y aprendí que no es un juzgado, un juez o un Fiscal General, es una demanda profunda, una necesidad que late en nuestro país”.
Fue gracias a ésta experiencia que Claudia decidió enfocar su trabajo como medio para promover una conciencia social.
Su falta de miedo y su compromiso con informar a la sociedad guatemalteca la llevaron a las puertas de Canal Antigua. Aunque no tenía experiencia “hablando en la tele”, Claudia nos cuenta que sus entrevistadores, muy animadamente, le dijeron que eso no era un impedimento para ellos.
“Debemos agradecer que vivimos en un mundo donde no todos pensamos igual. Y allí está la gran riqueza”.
Y así fue como se lanzó al agua, “sin siquiera saber cómo hablarle a la cámara, cómo manejar un apuntador o cómo modular la voz”.
Siendo parte del equipo de Canal Antigua, en el 2013 se convierte en Subdirectora de la Revista Contrapoder, Claudia nos cuenta que realizar ambos trabajos a la vez no sería posible sin saber trabajar en equipo. “He disfrutado muchísimo descubrir cómo entre muchos, podemos construir semana a semana, una revista. Me encanta el trabajo en equipo y me cuesta imaginar un mundo o una tarea elaborada sin la opinión de otros, sin su aporte y sin las preguntas de los demás”.
Para una mujer que vive inmersa en el mundo de las noticias, el 2015 ha sido un gran año en lo que refiere a los hechos y eventos que han ocurrido en Guatemala.
“Nunca imaginé que fuéramos a reportar que el Presidente en funciones renunciaba, luego era capturado y que miles de guatemaltecos acudiríamos a la Plaza Central a manifestar contra la corrupción”.
Éstos sucesos y este clamor ciudadano han exigido de Claudia—y el resto de periodistas del país— un compromiso y una gran responsabilidad.
Ser mujer en el mundo del periodismo y la comunicación tiene sus ventajas y sus desventajas según nos explica. Por un lado, nos cuenta que hay veces y situaciones en las que las fuentes de información se sienten más cómodas con las mujeres y entonces suelen ser más abiertas y comparten más. En contraste con esta apertura, todavía existen los prejuicios y la creencia que ser mujer nos impide el entender claramente los temas que cubrimos. Sin embargo, esto no la desanima y se levanta día a día pidiéndole a Dios fortaleza y sabiduría para seguir el camino correcto para luchar por una Guatemala más transparente e informada.
Claudia nos cuenta que siempre ha buscado cuidar sus palabras, hablar con objetividad, madurez y conciencia, para honrar su profesión y para asegurarse de siempre respetar a su país. “Mi profesión demanda mucha madurez e imparcialidad, ya que implica presiones al momento de emitir juicios, comentarios u opiniones que no siempre le van a agradar a todos. Vivimos en un mundo donde no todos pensamos igual, es allí que está la gran riqueza de la vida”.
Cuéntanos un poco de tu niñez.
Tuve una niñez normal; el colegio en las mañanas, las tardes de deberes y de jugar con mis hermanos. Yo recuerdo que teníamos horarios establecidos por mi mamá: veíamos las caricaturas como Candy o Mazinger Z con mi hermana Ligia y jugábamos con mi hermano Vinicio. Tomábamos religiosamente el café con champurrada. Siempre los fines de semana nos juntábamos con mis primos (de las mismas edades) a jugar tenta y electrizado. Hubo mucha camaradería con mis primos. Es como una extensión de mi núcleo familiar. Las vacaciones de fin de año siempre incluían un viaje a Huehuetenango con mi tía Elenita y tío Antonio. Allí disfrutamos mucho de la vida del campo: de salir, jugar y descubrir en plena naturaleza. No crecimos con lujos ni con abundancia, pero Dios proveyó para que mis papás con gran esfuerzo sirvieran siempre lo necesario y nos pagaran la educación que tuvimos.
¿Alguna vez imaginaste llegar a dónde está hoy en día?
No, jamás. De niña tenía miles de sueños, por supuesto que alguna vez soñé estar en televisión, como cualquier chica pero luego en la Universidad siempre creí que sería productora radial. Me encantaba el mundo de la radio porque veía el gran potencial que tenía la imaginación. Luego Dios me abrió puertas muy distintas: el periodismo escrito en el cual me confirmé por convicción. Y más tarde la televisión, donde aprendí a valorarla como un espacio de expresión.
¿Qué le aconsejas a la próxima generación de mujeres guatemaltecas?
No solo hay un camino para llegar a la meta. Hay más. Confía en Dios que cuando se cierra una vía, Él mismo se encargará de abrir otra. Mi mejor consejo: no temer tanto al fracaso o a las equivocaciones. Está bien fallar, porque en el fracaso aprendemos a avanzar. El mejor consejo también me lo dieron mi mamá y mi tía: siempre apoyarnos unos a otros.
Redacción: Cecilia Amador
Fotografía: Emmanuel García
Vestuario: Belle Boutique
Joyería: Alessa Designs
Maquillaje: MAC Cosmetics
Peinado: Eddy Uker
Locación: Museo de Arte Moderno “Carlos Mérida”
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