La historia del vestuario colonial de Guatemala

 dentro de Moda

Merging Worlds


La moda se impone a través de las tendencias: síntomas del gusto de una generación en un momento específico del tiempo. Para que una tendencia pueda ser impuesta, debe ser generada y utilizada por un grupo de la sociedad a la que el resto imita. A lo largo de la historia podemos encontrar que quienes imponían la moda fueron las élites sociales provocando un trickle down effect, de donde parte la apreciación y la necesidad de imitarlas. En su momento, durante la Colonia en América, estas tendencias venían de la corte y los reyes de los países europeos que llegaban a asentarse a los nuevos reinos, en dónde se mezclaban con el folklore y las costumbres de los pueblos nativos.

Por muchos años, la forma de vestir no solamente ha servido como un medio de expresión social e histórica, sino también como un medio de comunicación y control político. Por definición, la historia de la moda se estudia basándose en el comportamiento de la sociedad en un momento específico del tiempo traducido en la expresión textil. Bajo estos conceptos es válido hablar de la historia de la moda guatemalteca durante la época de la Colonia y la Conquista española; un momento de auge textil en el que se dio una mezcla con resultados maravillosos de distintas tradiciones mundiales, fusionados todos en expresiones creativas de color, técnicas, clases sociales y políticas.


Vestuario Español

Mientras en América se daba la Colonia y la Conquista de los pueblos, Europa estaba en pleno auge de comercio, arte y moda; un período de esplendor llamado Renacimiento. Durante esta época Francia, Flandes, Italia e Inglaterra, fueron los cuatro países que marcaron tendencia en el vestuario de este período a lo largo de toda Europa, más tarde se les unió España, influenciando el estilo de unos con otros.

Al llegar a América, los españoles continuaron vistiendo como lo hacían en España: en cuanto a las piezas femeninas, siguieron usando el vestido largo formado por la saya española, el verdugado y el jubón, que fueron implementados en los nuevos territorios americanos para las mujeres de la corte, esposas de Gobernadores, Virreyes, Capitanes y Adelantados. Para el resto de las mujeres españolas y criollas consistió en la utilización de la basquiña.


Piezas del traje español

En cuanto al vestuario masculino, se continuó con el uso de el jubón, la gorguera, los greguescos y las calzas. Este traje fue utilizado para diario, pero también fue utilizado por los soldados y Adelantados cuya variación consistía únicamente en el uso de las armaduras.

“Las prendas de vestir españolas se confeccionaban de acuerdo al principio de la ropa tallada al cuerpo. Requería el uso de patrones y elementos como cuellos, puños, mangas, solapas, botones, bolsas y pliegues” (1).


Verdugado español

Aros cosidos a la falda femenina.

Saya española

Prenda masculina y femenina que se utilizaba por encima de la camisa. A partir del siglo XVI la saya fue una pieza utilizada por los cortesanos que consistía en dos piezas de la misma tela, una cubría la parte superior del cuerpo y la otra era la falda.

Jubón

La prenda que cubría la parte superior del cuerpo desde los hombros hasta la cintura y que era ajustada al cuerpo.

Gorguera

El cuello hecho de tela, generalmente muselina, que tenía una forma circular y de acordeón, que a lo largo del Renacimiento varió en el largo, ancho y el estilo, a veces adornándola con perlas y utilizándola sobre las armaduras en el caso de los soldados.

Basquiña

Falda confeccionada con pliegues y ceñida en la cintura utilizada por las mujeres de cualquier estrato social desde el siglo XVI.

 Greguescos

Parte inferior del vestuario masculino que consistía en una especie de pantalón corto abombado que dejaba al descubierto las piernas cubiertas por medias o calzas.

Camisa

Prenda de tela fina que se utilizaba debajo del jubón tanto para hombres como para mujeres.

Capa

Pieza utilizada tanto para hombres como para mujeres que se colocaba sobre el jubón.


Cuando los españoles se asentaron en Guatemala, aún existían y continuaron existiendo la nobleza y las élites indígenas. En cuanto al vestuario, dichas élites comenzaron a usar algunas de las piezas del traje español, imponiéndose la tendencia aún más cuando el rey de España Felipe II reconoció la nobleza de las élites que se convertían al cristianismo.

Como consecuencia de esto, aunque ya se daba desde antes, surgieron los matrimonios entre indígenas y españoles, así como fue el reconocido caso de Don Pedro de Alvarado y la princesa mexicana doña Luisa de Xicotencatl y el nacimiento de su hija doña Leonor (Anchisi, C. 2013). “Las damas indígenas que se desposaron con españoles de alcurnia, gozaron de las mismas prerrogativas, adoptando la moda europea y usando joyas, encajes y bordados, llegando a utilizar seda con las mismas limitaciones que las españolas” (2).


El traje maya con Influencia Española

Los Mayas nativos de Guatemala, como exploramos en la edición anterior, tendían a mantener la mayor parte de su cuerpo al descubierto. Los hombres de alta y baja clase social, así como las mujeres que no pertenecían a la nobleza, lo llevaban de esta manera. En el caso de las clases sociales altas era sumamente importante el uso de los estampados para teñir y adornar las telas, en cuanto a los estratos más bajos, la norma era llevar telas neutras solamente tejidas en telares de cintura. No es de extrañar que los Mayas encontraran fascinante las nuevas técnicas traídas por los españoles y fue así como las incorporaron a sus trajes, accesorios, telas y bordados.

Con la llegada de los españoles y el inicio de la conquista en 1524 d.C., llega a tierras americanas uno de los factores de mayor influencia en lo que sería la nueva manera de vestir de los pueblos indígenas: el cristianismo de la mano de la Iglesia Católica. Con esta nueva religión llegaron nuevos preceptos morales, concepciones de pudor y estándares de decencia: “establecidos ya en el nuevo territorio consideraron la indumentaria que utilizaban los habitantes locales como una expresión de paganismo e idolatría” (3).

Los españoles trajeron sus propios estilos regionales, especialmente los del norte de España (Miralbés, R. Knooke, B. 2008), dentro de estos estilos llegaron nuevas técnicas para la elaboración de los textiles, así como también nuevas telas que comerciaban con Asia, otros países mercantes europeos y las costas del norte de África. Los españoles trajeron consigo influencias árabes—islámicas que se mezclaron con las técnicas prehispánicas de la arquitectura y la comida así como también en la nueva industria del vestuario; de estas influencias llegó el encaje, el bordado y el telar de pie en el cual se trabajan diseños hispano-árabes, especialmente al occidente del país en lugares como Quetzaltenango y San Marcos (Arriola, O. 2009) y que provenían de Castilla que en aquél entonces, dicho lugar era un centro de comercio y exportación con el resto de los continentes.

De allí salían las embarcaciones con exportaciones a América con destino los puertos de Cuba y Veracruz, de donde se enviaban al Reino de Guatemala, que según las investigaciones del historiador Johann Melchor, era donde se confeccionaba la mayoría de la ropa de la Colonia, desde la que utilizaba el Presidente de la Audiencia hasta la de los esclavos, quienes vestían prendas livianas hechas de manta y sayal, para trabajar en los terrenos de la costa del Reino.(Melchor, J. 2009)

“Los colonizadores transfirieron al país nuevos materiales, instrumentos y técnicas. Los indígenas aprendieron a producir lana localmente, adaptando los rebaños de ovejas a las regiones frías del país como en el Altiplano (Momostenango y Quetzaltenango), siendo la lana un material para resguardarse del frío. Adoptaron prendas de corte europeo, [de Asia] adoptaron [e importaron] la seda del gusano bobix mori (Miralbés, R. 2009), tornándola en una fibra de prestigio que empleaban para ornamentar las prendas.


Bordados de influencia española

También trajeron a la región telas como fieltro, terciopelo, lino, batista, tul y chambray; además de encajes, lentejuelas, hilos de plata* y pedrería, así como ciertos estilos de artes y collares hechos con cuentas, monedas, cruces y dijes llamados chachales” (4).

*Durante la época de la Conquista, los centros de explotación de plata y oro, tales como México y América del Sur, tuvieron su auge, sin embargo las minas de plata en el Reino de Guatemala eran escasas. Por esto se debían importar desde esas otras partes de América haciéndolo un material valioso que se utilizó para la ornamentación de imágenes, retablos y arte religioso; más interesante aún, para la creación de los hilos de bordado que se emplearon en la vestimenta sacro religiosa, así como también en las prendas de la nuevas élites americanas. En cuanto a la vestimenta indígena, mucho de esto se utilizó en los trajes ceremoniales de las cofradías, especialmente en los ajuares y la nueva joyería que veremos más adelante en esta edición.

Durante la Conquista, en las ciudades del Reino de Guatemala se crearon talleres de distintos oficios. En la ciudad de Santiago de los Caballeros, por ejemplo, los barrios se formaban alrededor de los oficios y talleres de los artesanos. (Chajón, A.) De los talleres de mayor demanda para las élites estuvieron los de sastrería, para el resto de la población la ropa se confeccionaba en las casas para disminuir los costos (Miralbés, R. Knooke, B. 2008), y los bordados, encajes y vestuarios religiosos eran creados por las monjas en los conventos. “La corona española también propició que artesanos peninsulares emigraran y establecieran sus oficios en las tierras invadidas (Arriola, 1991). Los nuevos pobladores aportaron instrumentos como cardas, torno para hilar, devanadora, telar de pie o de pedales, agujas de metal, tijeras y bastidores para bordar” (5).


Las técnicas de confección de patrones y bordados españoles fueron creados únicamente por los peninsulares, poco a poco se fue dando el mestizaje.

Según escribe Olga Arriola de Geng en la revista Galería sobre textiles: “A la Audiencia de Guatemala, en 1694 llega el señor Blas García, natural de Talavera de la Reina España, junto a su esposa, que se estableció en el barrio de Santo Domingo en la ciudad de Santiago de Guatemala. Con él trabajaba su yerno Sebastián Hurtado, siendo los dos maestros bordadores (OAG, 1991). En los conventos, las monjas y sus educandas pasaban muchas horas bordando los trajes y mantos de las Vírgenes, Nazarenos y santos para que fuesen usados en las festividades, principalmente las procesiones de cuaresma” (6).

En un inicio, las técnicas de confección de patrones y bordados españoles fueron creados únicamente por los peninsulares, poco a poco se fue dando el mestizaje e incorporando nuevos sastres indígenas, ya que conforme la situación económica de los españoles iba en aumento, el oficio comenzó a quedar en manos los artesanos indígenas. Es aquí cuando se empieza a dar una mezcla de elementos Prehispánicos y Coloniales, ya que las prendas siguieron mezclando las capas de algodón tejidas en telares de cinturas y se incorporaron camisas, zaragüelles, sobrepantalones, chaquetas y capixayes. (Miralbés, R. Knooke, B. 2008), esto fue el caso del vestuario masculino indígena. En cuanto al traje indígena de las mujeres, lograron conservar el uso del huipil y la falda enrollada y adquirieron elementos nuevos como el velo para cubrirse la cabeza durante los ritos religiosos, el rebozo y el delantal (Knooke, B. 1992. Miralbés, R. 2008). Otro elemento que continuaron utilizando los indígenas fueron las fibras suaves que obtenían del algodón y el pelo de conejo7 y algunas más rígidas, como la del magüey.

La nueva indumentaria Colonial y sus distintas maneras de vestirla que surgieron de la mezcla de la sociedad de ese tiempo, también respondió a una forma de dominio político de parte de los conquistadores, ya que se cree que el origen de sus rasgos estilísticos fueron establecidos por dichas autoridades, por medio de congregar a los pueblos para fines de control y dominio tributario y religioso. (Miralbés, R. Knooke, B. 2008).


Joyería Colonial

En cuanto a la joyería y el adorno personal, se dio un cambio radical ya que pasaron a ser obsoletas las joyas que utilizaran únicamente jade, y se perdieron las cos- tumbres de utilizar las conchas y las plumas, aunque no desaparecieron. Esto dio lugar a una nueva tendencia de uso de abalorios españoles. Sin embargo, la función de las piezas de joyería continuaron tal cual su uso prehispánico, como los collares (chachales) y anillos; y en el caso de las orejeras fueron sustituidas por los aretes.

“La joyería tradicional española de los siglos XVI y XVII fue el resultado del sincretismo de gustos, materiales, valores y creencias de los diferentes pueblos que habitaron la Península Ibérica. Los romanos aportaron el azabache, el cristal de roca y el coral. Los moros y judíos introdujeron las ágatas y corales mezclados con plata. Los musulmanes introdujeron el arte de la filigrana y la utilización de las monedas perforadas” (8).

Así fue como la joyería de todas las clases sociales de la Colonia, utilizaron abalorios de cuentas de vidrio, cristal, plata coral y otras piedras. En el caso de las mujeres indígenas, también incorporaron a sus chachales elementos de la religión católica cristiana, como los crucifijos y los relicarios y se mezclaron con el uso de los caracoles, las monedas perforadas y algunas piezas trabajadas en filigrana.


1. Miralbés, R. Knooke de Arathoon, B. (2008). Estrategias de supervivencia: la diversidad de la indumentaria maya de Guatemala. Los tejidos mayas. Espejos de una cosmovisión. (pp.57) Guatemala, Guatemala.

2. Anchisi de Rodríguez, C. (2013) “Influencia hispana en la joyería Colonial”. JOYERIA GUATEMALTECA. Galería, Fundación G&T Continental. Guatemala. Año 15. (No. 45). Página 30.

3. Roldán Martínez, I. (2009) “Indumentaria masculina”. TEXTILES. Patrimonio cultural de Guatemala. Galería, Fundación G&T Continental. Guatemala. (No.36) Página 30.

4. Miralbés, R. Knooke de Arathoon, B. (2008). Estrategias de supervivencia: la diversidad de la indumentaria maya de Guatemala. Los tejidos mayas. Espejos de una cosmovisión. (pp.56) Guatemala, Guatemala.

5. Miralbés, R. Knooke de Arathoon, B. (2008) Estrategias de supervivencia: la diversidad de la indumentaria maya de Guatemala. Los tejidos mayas. Espejos de una cosmovisión. (pp.56) Guatemala, Guatemala.

6. Arriola de Geng, O. (2009) “El bordado en Guatemala”. TEXTILES. Patrimonio cultural de Guatemala. Galería, Fundación G&T Continental. Guatemala. Año 12. (No.36) Página 43.

7. Miralbés de Polanco, R. (2009) “Misterios de la naturaleza, las fibras y los tintes”. TEXTILES. Patrimonio cultural de Guatemala. Galería, Fundación G&T Continental. Guatemala. Año 12. (No.36) Página 65.

8. Anchisi de Rodríguez, C. (2009) “Influencia hispana en la joyería Colonial”. JOYERIA GUATEMALTECA. Galería, Fundación G&T Continental. Guatemala. Año 15. (No. 45). 2013. Página 30.


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