La arteterapia y otros juegos para adultos
Llamémoslo nostalgia, pero algún poder sobrenatural está haciendo que gastemos más de Q. 250 en un libro para pintar. Quisiera decir que en mi caso fue necesidad, pero la verdad es que soy compradora compulsiva.
Desde siempre me han encantado estos libros, en especial porque dibujo peor que sus hijos a los 3 años. Y aunque ninguno se comparará al de los Minions que compré hace un año, estos nuevos con más detalles parecían prometedores.
Tienen que considerar que yo acababa de terminar la universidad y no había empezado a buscar trabajo. Pasaba mis día pensando en lo que podría estar haciendo si tan solo tuviera dinero para viajar sola o si me hubiese escapado con un isleño inventado que supiera cocinar. Uno de esos días estaba divagando en los pensamientos de una aturdida escritora hecha periodista y los encontré. Allí estaban como bebés recién nacidos y me llevé uno del reino animal.
De acuerdo a Vox, solo el año pasado se vendieron 12 millones de estos libros en Estados Unidos. Johanna Basford, una ilustradora escocesa que fue protagonista de este movimiento llegó a tener un best-seller con su libro Secret Garden en 2013.
La gracia de estos libros está precisamente en la riqueza de detalles que tienen. De cierta forma te hace querer ser parte de la creación de un cuadro. Además que te prometen un tiempo de relajación y distracción. La creatividad también es otro punto importante del proceso.
Pueden convertirte en terapia cuando relajan a quien pinta y los distrae por un momento del exterior o incluso puede convertirse en un escape de su propia mente. La arteterapia dicta que la creación artística puede llegar a liberarnos del estrés, ansiedad, así como también permite proyectar sentimientos internos a través del arte.
Esta técnica pretende ayudarnos a resolver problemas emocionales o psicológicos, aunque algunos estudios han apuntado que también apoya a la sanación de padecimientos físicos. A medida que la mente está saludable, nuestro cuerpo puede batallar lo que está mal dentro de nosotros. Aunque lo creas o no, no estaría mal intentarlo.
No necesita ser un libro para pintar, sino que se puede expresar en múltiples técnicas. Puedes aprender algún instrumento, baile, actuación, fotografía… hay mucha opciones de dónde escoger. La idea es que encuentres un canal para desahogarte.