APETITE

 dentro de Sin Categoría

Este pequeño restaurante de inspiración francesa, es un espacio abierto de dos terrazas en desnivel. En medio se levanta una pared de plantas que unen ambos espacios. Las únicas diez mesas de madera le dan un toque acogedor y familiar. Independientemente de donde te sientes, puedes ver dos cosas interesantes: primero es la cocina que está totalmente incorporada al espacio del restaurante y la segunda, es un letrero que dice Food is essential to life, therefore make it good (la comida es esencial para la vida, por lo tanto hazla bien), lo que provoca confianza en que al finalizar la comida quedarás satisfecho.

La cocina, un espacio abierto, pequeño dónde puedes ver al chef preparar tu comida, está ordenada y limpia, una mezcla entre la cocina de tu casa y los “juguetes” de una cocina profesional, lo que hace que puedas ver como es que cocinan durante todo el proceso y, mejor aún, ver si puedes capturar algún secreto para replicar en casa.

El personal de servicio son dos meseros. Te ofrecen agua de la casa, te pasan una pequeña cortesía, que suelen variar y que termina por abrirte el apetito en lo que decides qué ordenar. El mesero muy educadamente te explica el menú y te da las sugerencias de la casa, aunque no se le oye muy convencido de las mismas.

El menú es corto, una carta de quince opciones en total, que cambia cada quince días, asegurándonos que la producción del mies en place es diaria, (una forma artesanal de cocinar a diferencia de los grandes restaurantes). Los tiempos de espera entre cada plato son aceptables, el problema es que el mesero está más interesado en la conversación de cocina que en la atención a los comensales.

Ordené la pasta con hongos, que realmente es muy fresca además de ser preparada en el momento. El sazonamiento de los platos es muy bueno, por ejemplo: la ensalada de pollo chipotle tiene un balance perfecto y las porciones son moderadas. Sin embargo, la presentación no resalta, ya que no realza la composición del plato. Francamente resulta como si lo hubieras hecho en casa de una manera convencional y no hecho por un profesional de la cocina.

En otra ocasión ordené un panini de carne, a diferencia de lo demás, este fue una decepción. No tenía sazón, la carne estaba sobre cocida, la salsa de masala a lo lejos sabía a crema, era un pan pita simplemente cortado, unas cuantas hojas de lechuga y una rodaja de tomate que acompañaban la carne.

Por último el postre, en esta ocasión fue un tarte tatin de manzana que no tenía nada especial, resultó demasiado dulce y con una base aplastada que deja mucho que desear.

Considero que Apétite es un restaurante encantador en donde la generalidad es comer sabroso, aunque haya fallado en un par de platos. El ambiente es agradable y un escape para aislarse del trajín diario. Es un restaurante que tiene potencial para explotar la gastronomía y jugar más con los sabores. Crea una sensación de calidez, felicidad, armonía y, sobre todo, poder disfrutar de una comida rica.

 

 

Artículos recientes

Empieza a escribir y presiona “Enter” para buscar

Look Magazine
error: Lo sentimos, el contenido no puede copiarse.