Admire, accept and thank your postpartum body
“I have no doubt that nearly all moms—no matter when they gave birth—can fully recover from postnatal depletion, regaining health and wellness far beyond what they have experienced in the past.”
– Dr. Oscar Serrallach, escritor del libro ‘The Postnatal Depletion Cure’.
Todos te acompañan y felicitan desde que das la noticia de que estás embarazada, la alegría desborda en las expresiones de los más allegados y en las muestras de cariño. Pero, esto puede acabarse una vez que das a luz, y muy pocos son los que permanecen a tu lado en los momentos más difíciles; por eso debes fortalecerte, confiar en ti y asegurarte de que, antes que todos los demás, te tienes a ti.
Se tiene claro que después de dar vida a un hijo el proceso no es fácil, el 80% de las nuevas mamás tienden a tener ‘baby blues’, que conlleva la hipersensibilidad, cambios de humor e incluso pueden llegar a la depresión, ansiedad y agotamiento. Y aunque algunas lo superan en corto tiempo, hay a otras que les cuesta aceptar la realidad.
Una de los principales causas por las que se puede llegar a sufrir este tipo de frustración es el cuerpo. Éste ha pasado por una transformación durante nueve meses, no solo exterior sino interior, que por naturaleza no vuelve a ser el mismo, que por naturaleza ha quedado marcado y que por naturaleza llevará consigo señales de que ha trabajado para traer a este mundo un nuevo ser.
Para superar este conflicto que se genera en nuestro interior debemos partir por la aceptación. Muy poco se puede sanar desde la medicina tradicional o clínica, pero existen otras alternativas como la terapia, el compartir las experiencias personales, leer textos, y sobre todo tomarse el tiempo necesario para la recuperación.
Women that are breaking the standards
Maggie Villela, madre de dos niños, asegura que siempre tuvo problemas con su imagen y siempre renegó la idea de ser mamá, hasta el día en que se convirtió en una entendió el significado de lo que es la maternidad y cómo un hijo puede ‘devolver la vida al alma’. Agrega que, hasta que entendemos que dar vida es uno de los regalos más increíbles, comenzamos a aceptar cada rincón de nuestro cuerpo.
“Nuestros cuerpos son tan perfectos que debemos aprender a vernos y querernos así, porque el amor que nos damos a nosotras mismas también lo perciben nuestros hijos, quienes al observar este ejemplo se convierten en humanos con autoestima, seguridad y plenitud”, asegura Maggie.
El amor propio es una virtud que debemos descubrir y fortalecer desde que tenemos conciencia de nuestro cuerpo, independientemente de cómo luzca éste, y no esperar hasta que factores externos nos lleven a tener que aceptar por obligación. Esto, si lo aprendemos tarde, de igual manera debemos ponerlo en práctica para enseñar a la futura generación.
Por su parte, Ana Lucía Arrivillaga, mamá de dos niñas, comparte que luego del proceso de tener a sus hijos en el vientre, ha aprendido a amar su cuerpo por lo que hace, el milagro de dar vida, y no por cómo se mira. Aunque es completamente válido encontrar imperfecciones en él, éstas van perdiendo relevancia una vez que trabajamos en la confianza y agradecemos por lo que nos permite hacer.
Llegar a esto requiere, más allá de la aceptación, de humildad. Solamente después de experimentar los cambios del cuerpo por cuenta propia se puede estar agradecido con él, porque hizo todo lo posible por resguardar la seguridad, salud y bienestar de nuestro bebé. La anatomía humana es una de las creaciones más increíbles de la naturaleza, y por ende debemos respetarlo y gratificar su labor.
A cuenta de esto, Mónica Molina, quien hace ocho meses se convirtió en madre, hace una acotación válida, y es que el proceso de llevar un bebé dentro durante nueve meses es un proceso que se debería de apreciar más, y por el cual se debería de enaltecer a las mujeres en lugar de juzgarlas. Cada una conoce la historia por la que ha pasado, así que nadie más tiene el derecho de opinar por sobre nosotras.
En su experiencia, comparte que “era tanta la emoción de tener un hijo que no me importaba cómo iba a quedar mi cuerpo. Esas cicatrices y estrías son parte de un proceso tan lindo y natural, no es nada malo, son scars for life que tienen un significado personal y nadie te puede juzgar por eso”.
Admirar, aceptar y agradecer al cuerpo por la maravillosa bondad de pasar por diversas transformaciones para dar vida a lo más preciado, un hijo, es algo de lo que debemos de ser conscientes. Esto nos ayudará a sobrellevar de una manera, por lo menos un poco más leve, el período post parto.
Recuerda que no estás sola, avócate a otras madres, comparte tu historia y desahoga todo lo que te hace sentir insegura para encontrar en ti misma la sanación. No importa el tiempo que te tome, lo primordial es que empieces por recuperar tu bienestar de una u otra manera, porque así como te perciban tus hijos es como ellos se formarán.