Las caídas nos forman, nos dejan marcas que cuentan historias a las que llamamos cicatrices. Y descubrimos que lo que nos hace quienes somos, no es la razón por la que caímos, sino la manera en la que nos levantamos.
Look es un medio comprometido a levantarse una y otra vez junto a aquellas personas que nos acompañan en este viaje de crecimiento y que nos han visto a través de nuestras diferentes etapas y decidieron quedarse. Cambiamos el lente a través del que miramos lo que nos rodea y nos convertimos en una compañera, en esa mejor amiga que motiva a la mujer centroamericana a diseñar la vida que sueña sin prejuicios del pasado y con esperanza para el futuro,sin maquillar la verdad aceptarla y encontrar la belleza en sus grietas.
Esta nueva versión de Look se atreve a hablar vida a los planes que parecen imposibles, llenando cada palabra de sinceridad y propósito para que aquellas personas que se identifiquen con nuestro sentir encuentren en nosotras un lugar seguro, un amplificador de sus voces.
Esta época de cambios que muchos llaman “el nuevo normal” nos hizo reinventarnos, buscar nuevas formas de ser y abandonar aquellas que ya no son funcionales. Se nos movió el piso, nos quebrantamos. Nos vimos envueltos en discusiones a gritos sobre lo mejor que podíamos hacer como sociedad, pero también surgieron susurros de comunidad, de cercanía y de amor, incluso cuando éstos sólo podíamos observarlos a través de una pantalla.
De las ruinas de los planes perdidos y de los corazones rotos, construimos nuevos sueños, nuevos lazos y una renovada fuente de valentía y resiliencia que no cede ante los obstáculos. La pandemia nos abrió los ojos a un mundo que necesita de nuestro aporte e hizo de la compasión una práctica diaria necesaria para conectar con los demás.
Lo impredecible tomó protagonismo en esta nueva etapa y junto con él llegó la realización de que por más que planeemos, el mapa que trazamos puede cambiar. Sin embargo, extraemos la fuerza para seguir aún en lo inesperado, impulsadas por experiencias pasadas, por las veces que nos probamos que sí podemos aún cuando todo parece indicar lo contrario, y por todas las personas que nos inspiran con su testimonio. Si hay algo con lo nos quedamos de estos tiempos de pruebas, es con un corazón fortalecido y agradecido por las historias de valentía que se cuentan cada día en la puerta de al lado.
Independientemente de lo que decidan nuestras lectoras sobre qué es lo mejor para ellas, indistintamente de la posición política que decidan tomar, de sus caídas, de cómo decidieron levantarse, nosotras decidimos levantarnos y hacerlo con seguridad de que lo que venga lo vamos a afrontar juntas, con la mente encendida, la frente en alto y el paso firme.
Y es que cuando el polvo de los escombros se disipa, nos damos cuenta de que tal vez no todo se desmoronó como creíamos, sino todo cayó justo en su lugar para crear esa nueva versión que hoy emerge.