Descubriendo un nuevo lado de Christa García: el proceso transformador de convertirse en madre

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Christa García es una mujer polifacética. Su experiencia abarca los ámbitos de la belleza, la administración de empresas y la comunicación. Desde joven, el camino de Christa ha estado entrelazado con el mundo de la belleza, una conexión que para ella tiene un propósito profundo. Desde su infancia, sintió una fascinación por las cámaras y el mundo de los reflectores. Esta pasión la acompañó a lo largo de su crecimiento, llevándola a participar en concursos de belleza. Después de una intensa preparación y una dedicación continua, ganó los títulos de Miss Teen Guatemala en 2009 y posteriormente el de Miss Guatemala Internacional en 2012. Ambas experiencias fueron cruciales en su desarrollo como figura pública, una que ha mantenido a través de redes sociales, donde comparte con honestidad sus experiencias cotidianas.

Por otro lado, Christa es conocida por su papel como conductora del programa Viva La Mañana. Durante alrededor de cuatro años, cautivó a una numerosa audiencia y, dice, experimentó un notable crecimiento personal y profesional. Esta etapa fue significativa y gratificante para ella pues le permitió profundizar en su exploración de sí misma y de sus posibilidades como comunicadora y modelo a seguir para otras mujeres. Todas aquellas experiencias y aprendizajes fueron determinantes para el trabajo que actualmente desarrolla en las áreas de la comunicación, el marketing y medios digitales. Dic encontrar gratificación en respaldar a las marcas, darles voz y conectarlas con audiencias más amplias, sobre todo cuando estas marcas se alinean con sus propios valores.

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No obstante, la experiencia que más la ha marcado y le ha dejado aprendizajes significativos es la de ser madre. Las redes sociales y la creación de contenido le han permitido estar cerca de su hija, Victoria, y acompañarla de cerca en sus etapas de desarrollo, claves en la primera infancia. Con el apoyo de su esposo, Carlos Peña, y de sus padres, Christa ha encontrado una fórmula que le permite priorizar a su hija mientras sigue comprometida con su trabajo. Su experiencia es un claro ejemplo de cómo la maternidad puede complementarse con la vida profesional. Esta nueva versión de sí misma se caracteriza, así, por la manera como las responsabilidades y las alegrías de la crianza se conjugan.

Su camino hacia la maternidad

Más allá de sus actividades profesionales, Christa es una mujer dedicada, una madre cariñosa, una hija apreciada y una hermana solidaria. La familia es su piedra angular. Para ella era clave disfrutar de un tiempo de pareja antes de abrazar los profundos cambios que conlleva la paternidad.

Convertirse en madre no fue necesariamente la principal aspiración de Christa, sino más bien un rol que abordó con respeto y admiración, especialmente después de haber sido testigo de la dedicación y el sacrificio involucrados en los viajes a la maternidad de su hermana. Por eso, Christa y Carlos dieron el salto cuando se sintieron listos y ansiosos por adentrarse en este nuevo capítulo. La transición de pareja a padres fue un cambio profundo, que abrazaron de todo corazón, reconociendo el poder transformador de este proceso. 

Para Christa, la experiencia de la maternidad ha sido nada menos que una bella exploración. Ha remodelado su perspectiva, sus prioridades y su ser mismo. Desde su mentalidad hasta su cuerpo físico, cada aspecto de su vida ha sido tocado por el viaje de la maternidad. Aceptar este papel, dice, no solo ha cambiado cómo piensa y actúa, sino que también le ha inculcado un sentido de responsabilidad para establecer el mejor ejemplo posible para su hija.

Desde el momento en que se enteró de que sería madre, comenzó un viaje emocional y psicológico que la llevó a cuestionarse su identidad y su relación con su cuerpo. Los cambios físicos y hormonales fueron acompañados por una profunda reflexión sobre el significado del amor incondicional y el sacrificio.

A pesar de los desafíos, Christa encontró en la maternidad una fuente de inspiración y propósito. El proceso de dar a luz y amamantar a su hija, Victoria, le permitió apreciar la belleza y la fortaleza de su cuerpo de una manera completamente nueva. A través de la maternidad, descubrió una conexión profunda con su instinto maternal y una capacidad infinita para amar.

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Christa reflexiona sobre uno de los desafíos más difíciles en su viaje hacia la maternidad: la necesidad de poner en pausa sus propios sueños para centrarse en el cuidado de sus hijos. Reconoce que la maternidad es un regalo maravilloso, pero también una experiencia que requiere detenerse y priorizar el tiempo con los hijos sobre las ambiciones personales. Aunque el mundo externo pueda presionar para seguir avanzando desde expectativas determinadas, Christa cree firmemente que cada momento invertido en sus hijos es invaluable y único. Está convencida de que, aunque los sueños personales puedan esperar, el tiempo dedicado a criar a sus hijos nunca será en vano y contribuirá a un futuro en el que pueda disfrutar plenamente de ambos aspectos de su vida.

Hablando sobre el futuro, Christa nos cuenta que, durante muchos años, cada vez que comenzaba un nuevo año, le invadía una profunda melancolía al dejar atrás lo vivido, lo logrado, tanto lo bueno como lo malo. Esa sensación de ansiedad le surgía al pensar en las metas no alcanzadas y en lo incierto del futuro. Sin embargo, con el tiempo decidió liberarse de esa ansiedad y confiar en que Dios conoce sus sueños y su corazón. Entendió que los sueños se construyen con trabajo y dedicación, y aunque siempre debemos hacer nuestra parte, también debemos confiar en que las cosas sucederán en el momento adecuado. 

Durante la última década, Christa García ha dedicado su vida a la comunicación, una pasión que la ha llevado a conectar con personas de todo el mundo. Sin embargo, lo que más la llena es poder compartir y cultivar la esencia de las mujeres. Ya sea a través de redes sociales o en eventos presenciales, encuentra una gran alegría en crear espacios donde las mujeres puedan compartir sus experiencias, inspirarse mutuamente y crecer juntas. Para Christa, no hay nada más gratificante que ver cómo las mujeres se apoyan y se empoderan unas a otras en su camino hacia el éxito y la realización personal.

En Christa García encontramos una historia de autodescubrimiento y transformación. Desde sus inicios en el mundo de la belleza hasta su papel como madre, cada paso en su viaje ha sido marcado por la búsqueda de propósito y significado. A través de su experiencia, Christa nos enseña que la maternidad es más que una simple función: es un viaje profundo de crecimiento personal, amor incondicional y sacrificio.

Hoy, el mensaje de Christa sobre la maternidad es uno de amor, sacrificio y fortaleza. Aunque el camino hacia la maternidad puede estar lleno de desafíos, también es una fuente inagotable de alegría y gratitud. Christa nos recuerda que ser madre es un regalo que transforma nuestras vidas de una manera única y hermosa.

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